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EUROPA PRESS-BILBAO/MADRID El patrón del Alakrana, Ricardo Blach, aseguró ayer que los 36 tripulantes del buque, secuestrado por piratas somalíes durante 47 días, se encuentran «bien», aunque «hay alguno tocadillo». También precisó que, entre los 16 militares a bordo del atunero se encuentra una ATS, «que va observando y cuidando a la gente que va un poquito enferma».

Según manifestó Blach a Radio Euskadi, las horas previas a la liberación fueron de las más «tensas» debido a la presencia de hasta un total de 63 piratas. Además, la noche anterior, se produjo «mucha pelea» entre los captores, porque subió a la embarcación «gente de tierra» y «se robaban entre ellos». «Empezaron a pelear, amenazándose con pistolas. Eso era muy habitual entre ellos», dijo.

Blach expresó su agradecimiento «a las familias, a los compañeros, amigos», además de a los medios de comunicación, al embajador de España en Kenia, al Gobierno, «por agilizar esta labor, que cada vez veíamos más difícil», y a la Audiencia Nacional.

Vuelta al mar
Por su parte, el capitán, Iker Galbarriatu, destacó la «tranquilidad» que respiran ahora. Pese a los «momentos tensos», el capitán no descarta volver a embarcarse porque es «el pan de cada día» y ve el mar como «una lotería en la que si hay suerte, sale bien».

En declaraciones a RNE, Galbarriatu recordó que los marineros tuvieron «miedo» antes de la liberación de que los secuestradores «se echaran atrás».
Explicó que de vez en cuando llegaban nuevos piratas que se mostraban «más nerviosos», manifestando una mayor violencia y siempre con las armas en las manos. «Los que llevaban más tiempo estaban más relajados, pero en ningún momento soltaban las armas», agregó.

Añadió Galbarritu que estaban «encañonados en todo momento» y confesó haber temido por su vida porque atravesaron momentos «bastante tensos», en los que llegaron a pensar que a los captores se les «podía cruzar un cable» y «hacer alguna barbaridad» porque éstos eran unos «inconscientes totales» y «siempre estaban drogados o borrachos».