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En una extensa entrevista concedida al diario vasco «Gara», la banda terrorista ETA hace un análisis de la situación abierta en España tras el «alto el fuego permanente». Dos encapuchados aseguran que la organización armada ya ha dado los pasos suficientes con la declaración y exigen «materializar los compromisos», pues «están totalmente equivocados» aquellos que piensan «en convertir en irreversibles las decisiones de ETA». La banda repite su conocido discurso sobre el fracaso de la Transición española y el Estado Autonómico, así como sus reivindicaciones sobre la autodeterminación y la territorialidad con la construcción de Euskal Herria. Además, los dos terroristas justifican las cartas de extorsión a empresarios por «necesidades de la lucha», al tiempo que niegan la responsabilidad de la banda en los ataques de Getxo y Barañain, que achacan a «la respuesta de los ciudadanos».

ETA considera «condiciones básicas» para el buen desarrollo del proceso el respeto a «los derechos civiles y políticos de la izquierda abertzale» y el final de las detenciones y «la persecución por parte de las fuerzas policiales». Pero la «condición democrática imprescindible» para la banda terrorista es la excarcelación de los presos etarras, pues «tienen derecho a tomar parte directamente en el proceso». Un primer paso «desde hoy mismo» en este sentido sería poner fin «a la dispersión exterminadora», pero advierte, al mismo tiempo, que esto sólo supondría desactivar «una pieza» de la «situación de excepción impuesta».

Para los terroristas, ETA ya ha realizado su principal aportación al proceso de paz con la declaración de «alto el fuego permanente» y pide «materializar los compromisos en el proceso democrático» al Gobierno central. Los encapuchados aseguran que la decisión de la banda terrorista no responde a una situación de debilidad o a la especial sensibilidad de la sociedad tras los atentados del 11-M, sino que el alto el fuego responde a que han observado el camino abierto, de forma más consistente que nunca, para «el reconocimiento político de Euskal Herria como nación y pueblo».