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El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, apostó ayer «frente a la opción dependencia/independencia» y a la idea de «estado-nación propia del XIX» por que Euskadi sea «nación abierta al mundo en el siglo XXI, por la interdependencia en Europa, por la soberanía compartida con España, Francia y Europa». Durante su intervención en Bilbao en los actos organizados con motivo del 110 aniversario de la fundación del PNV, aclaró que «de eso hablamos cuando reclamamos el Pacto con el Estado», cuando «reclamamos el derecho a decidir unido a la obligación de negociar».

Imaz, que defendió una nación que «englobe a todos los vascos, de Iparralde -País Vasco francés- y Hegoalde», abogó por un acuerdo político «amplio», que «cohesione e integre» y capte la pluralidad. Señaló que «la prioridad política para hacer nación hoy exige un acuerdo político amplio», que «cimiente las bases de una nación vasca cohesionada», respete lo que «es hoy la sociedad vasca» y le permita construir «su camino en base a la voluntad» ciudadana y alertó de que «aquel que quiera arrancar la pluralidad de la sociedad vasca está atacando nuestra identidad como nación».

«Estamos dispuestos a un especial ejercicio de responsabilidad y flexibilidad, con convicciones claras, talento negociador, espíritu integrador, diplomacia y humildad ya que nadie tiene la fórmula mágica ni debe excluir a otros», dijo en un discurso en el que habló de las «claves de futuro» del PNV ante militantes y cargos públicos reunidos en la Sabin Etxea -sede del partido-. El dirigente nacionalista, que reiteró que es objetivo de su formación construir la nación vasca, consideró que se vive «un tiempo de oportunidades para trabajar las bases de un acuerdo» y lograr una sociedad «en paz».