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La policía detuvo ayer en Leganés a cuatro miembros de una familia marroquí presuntamente relacionados con los atentados del 11-M, que pudieron ayudar a huir a algunos de los terroristas tras la explosión en abril en una vivienda de ese municipio madrileño.

Los arrestados son un matrimonio y sus dos hijos, presuntamente vinculados con la estructura del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) en Europa, en concreto con sus dirigentes apresados en las desarticulaciones en 2004 de células en Bélgica (marzo), Francia (junio) y España.

Los detenidos en Leganés, en una operación a cargo de agentes de la Comisaría General de Información, son Allal Moussaten, su esposa, Safia Belhadj, y sus hijos Brahim y Mohamed Moussaten.

La familia tiene, según Interior, «una relación directa con alguno de los huidos en el marco del 11-M», como Mohamed Afalah y Abdelmagid Bouchar, «a quienes pudieron facilitar su huida tras la explosión de Leganés», el 3 de abril del año pasado, en la que se suicidaron siete presuntos terroristas. Los investigadores vinculan además a la familia con Youssef y Mimoun Belhadj. Como consecuencia de esta operación, se obtuvieron datos en la investigación española del 11-M que indican que Youssef Belhadj puede ser Abu Dujanah, quien reivindicó esos atentados dos días después identificándose como portavoz militar de Al Qaeda en Europa.

La cinta de vídeo en la que Abu Dujanah Al Afgani reivindicaba los atentados fue hallada en una papelera cerca de la Mezquita situada cerca de la M-30 después de que un hombre con acento árabe avisara de su ubicación en una llamada telefónica a Telemadrid.

La Comisaría General de Información considera que los cuatro presuntos terroristas detenidos pudieron formar parte de la célula de El Haski en España.

Las fuentes dijeron que no consta si existe un vínculo familiar entre la mujer detenida en Leganés, Safia Belhadj, y el residente en Bélgica Youssef Belhadj.