El lehendakari Ibarretxe se convirtió ayer en el primer presidente autonómico que se dirige desde la tribuna de oradores al pleno del Congreso.

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La paralización del plan fue acordada en un debate de casi ocho horas que concluyó con una votación en la que 313 diputados se expresaron en contra de la iniciativa (PSOE, PP, IU, CC y CHA), 29 a favor (CiU, ERC, PNV, BNG, EA y Na-Baai) y dos abstenciones (ICV).

El lehendakari rechazó que el presidente del Gobierno o el líder del PP puedan sustituir la voluntad de los vascos. Además, en su turno de réplica se refirió a una frase previa de Zapatero en la que señaló que «si vivimos juntos, juntos debemos decidir», precisando que «tenemos (vascos y españoles) que poder decidir vivir juntos».

Ibarretxe aseguró que acudió al Congreso «con la mano tendida para abrir un proceso negociador» y pidió que no se desaproveche esta «oportunidad histórica» dando «un portazo» a la iniciativa del Parlamento vasco sin negociarla. No obstante, adelantó que si el Congreso daba ese «portazo», él seguiría adelante y trasladaría la palabra al pueblo vasco «para que se vea el clamor de que es necesario buscar una salida al problema vasco».

Zapatero, tras garantizar que la relación del País Vasco con el resto de España «la decidirán todos los vascos, no la mitad, y todos los españoles», añadió que son posibles las aspiraciones a las más altas cotas de autogobierno e instó a lograr un acuerdo que tenga «la misma fuerza» que el Estatuto de Gernika.