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El ministro del Interior, Mariano Rajoy, advierte de que a pesar de los últimos golpes policiales «ETA todavía tiene capacidad de matar» y «posibilidades operativas» y califica de «positivas» las últimas actuaciones del Gobierno vasco en materia antiterrorista. Rajoy afirma que las últimas reuniones de coordinación policial han sido «provechosas» y confía en que tanto la Ertzaintza como las Fuerzas de Seguridad del Estado mantengan una «actitud constructiva» para devolver la normalidad a las calles del País Vasco.

Al ministro del Interior no le preocupan las últimas declaraciones del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en las que cuestionaba la colaboración policial en la lucha contra ETA, ya que, según afirma, mantiene una buena relación con la Consejería de Interior, «que lógicamente tiene el respaldo del lehendakari». El conseller de Interior de la Generalitat de Catalunya, Xavier Pomés, consideró que «se está entrando en una nueva etapa» en materia antiterrorista y que confía en que ésta sea «más fructufera». Pomés también defendió las declaraciones de Rajoy en las ponía de manifiesto que existen vínculos entre ETA y el movimiento okupa.

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón destacó por su parte la importancia de la colaboración entre las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) y las policías autonómicas para acabar con ETA. El magistrado consideró que, si funciona esta coordinación entre policías, «está garantizado el éxito» en la lucha contra la banda. Garzón resaltó la importancia de que «este engranaje en materia policial funcione como debe» para que se obtengan resultados eficaces en la lucha contra ETA, al tiempo que resaltó la necesidad de la cooperación internacional para avanzar en este frente.

El juez declaró que, si funciona la colaboración entre policía, Guardia Civil y Ertzaintza «está más que garantizado» un aumento de efectividad y de posibilidades de éxito frente a ETA y otros fenómenos criminales más complejos. Garzón, ademas, consideró «suficientes» y «adecuadas» las actuales penas con las que se castigan los delitos de terrorismo y se mostró «visceralmente» contrario, en cualquier caso, a la cadena perpetua y a la pena de muerte.