El presidente del Banco Santander Central Hispano (BSCH), Emilio
Botín, reunió ayer, por primera vez desde que posee el mando único
de la entidad, a los principales directivos del grupo, después de
que el copresidente José María Amusátegui presentara ayer su
dimisión. Botín citó a los 17 miembros de la Comisión Directiva en
su ciudad natal, Santander, donde pasa sus vacaciones y el banco
posee su sede social, según fuentes de dicha entidad.
El nuevo presidente único de la entidad quiso restaurar la
armonía entre los altos directivos tras la crisis surgida en los
últimos meses con un almuerzo convocado por él mismo, que se
celebró en la sede social de la entidad y que se prolongó durante
unas dos horas.
Posteriormente, y durante tres horas, Botín dejó el protagonismo
al vicepresidente y consejero delegado, Angel Corcóstegui, que
preside la reunión habitual del llamado G-17, integrado también por
el vicepresidente Matías Rodríguez Inciarte y quince directores
generales de la entidad. Según fuentes del banco, en esta
convocatoria se trataron los planes para unificar la red comercial
y establecer una marca única, que podría ser Santander Central
Hispano.
Por otra parte los analistas calificaron de «positiva» la
renuncia de Amusátegui, aunque señalaron que ven «incógnitas» en el
papel que desarrollará a partir de ahora el vicepresidente y
consejero delegado del banco, Angel Corcóstegui
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