La compra de un coche de segunda mano puede ser una auténtica ganga pero también puede acabar en desastre.

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Muchos potenciales conductores deciden apostar por los vehículos de ocasión. El punto fuerte de comprar un coche de este tipo de mercado es el precio: con paciencia y buenas dotes de búsqueda se pueden encontrar verdaderas gangas muy económicas y asequibles.

Pero al adquirir un coche de segunda mano se corren ciertos riesgos que pueden acabar convirtiendo una compra perfecta en un verdadero desastre que nos haga perder dinero. Es relativamente fácil evitar que la transacción se trunque si se atiende a una serie de pequeños detalles que hay que observar antes de firmar el contrato de compraventa.

Según la Organización de Consumidores, en lo que se refiere a la mecánica se debería consultar la opinión de un profesional imparcial. También hay empresas certificadoras que por un precio menor de 100 euros inspeccionarán el vehículo en cuestión para asegurar que todo está en orden.

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En caso de no poder contratar este tipo de servicios, la OCU recomienda prestar atención a los siguientes detalles:

Pero además de prestar atención a los detalles mecánicos y estéticos del coche para asegurarse de que la compra va dar buenos resultados, también es importante comprobar que todo el papeleo está en regla. Estos trámites son necesario para que el proceso sea legal y dan confianza y tranquilidad al comprador.

Los documentos que el coche ha de tener en regla son el libro de mantenimiento, el permiso de circulación, la tarjeta de Inspección Técnica y el informe del vehículo, que se puede conseguir en la DGT por 8'50 euros. Este último documento nos permitirá averiguar si el coche viene con sorpresas desagradables: embargos, multas pendientes...