Nuestro protagonista nos cuenta un poco la historia de este coche y nos comenta lo primera de todo que se trata de un coche excepcional, de los que solo hay varios en Europa. | P. Pellicer

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Santi Alloza es el propietario de este precioso y singular Tiger Racing modelo Cat de 1992 que compró hace cinco años en Castellón a un ciudadano inglés. Lo cierto es que Santi no tenía entre sus objetivos comprarse un vehículo como este, entre otras cosas por que se trata de un modelo muy raro y que básicamente está pensado para correr en circuitos, pero en esta ocasión el destino y la fortuna estuvieron de su parte y acabó quedándose con el coche.

El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie

Explica que en realidad tenía echado un ojo a un par de coches en Valencia y Sevilla, en concreto un Porche 911 y un Lancia Delta Integrale. El primero lo tenía que ver en Valencia y la verdad es que no quedó contento, por lo que el siguiente objetivo era el Lancia que estaba en Sevilla, pero recibió una llamada de un amigo informándole que este modelo estaba en venta en Castellón y sin pensarlo dos veces allí fue y cerró el trato.

El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie

Nuestro protagonista nos cuenta un poco la historia de este coche y nos comenta lo primera de todo que se trata de un coche excepcional, de los que solo hay varios en Europa que estén matriculados y puedan circular; en España sólo este, ya que básicamente se trata de un coche que está fabricado para correr en circuitos. Matriculado en Inglaterra, su propietario se lo pudo traer a España gracias a una ley que existía en 2010, y una vez aquí ya se ha podido rematricular como histórico.

El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie

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BUENOS RECUERDOS

En cuanto al coche, se trata de un Fórmula 27 con el bastidor basado en el Lotus Seven, un modelo creado por Colin Chapman en 1957 y que estaba basado en un Fórmula 1 de la época con motor central en posición delantera, chasis multitubular y paneles en aluminio y composite. Tiene un motor Ford y muchos componentes del Sierra Coswort, así como muchas otras cosas parecidas a los coches de carrera de la época.El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie

A Santi le apasiona el mundo de los coches, las motos y la velocidad pues en la década de los ochenta participó activamente en carreras de motos de 80 cc, de las que se hacían en Mallorca en circuitos improvisados en los polígonos industriales, mientras que en los 90 dio un paso más y durante unos años, no muchos, recalca, estuvo participando como pilotos de rallies y subidas en los distintos campeonatos del Archipiélago.

El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie

El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie

Los vehículos clásicos le han interesado desde muy joven, y a lo largo de estos años ha ido adquiriendo distintos modelos: el primero un Fiat 1200 cabrio, al que le siguió un 124 Spider, así como otros modelos más. Santi, además, junto con un grupo de amigos, formó el primer club de coches clásicos de la Isla, allá por 1995, aunque solo duró unos cuantos años, y al final acabó por disolverse.

El Tiger Racing Cat de 1992, único en su especie