Michel está orgulloso de su coche, al que mima con mucho cuidado y agradece a su mujer que lo encontrara. | Pere Bota

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Michel Van Dyck es el propietario de este Citroën 2CV de 1975 que compró en 2013. Lo cierto es que fue su mujer la que encontró el vehículo un buen día que salió a pasear por la zona y encontró el coche aparcado con un letrero de ‘se vende’ y con el teléfono del propietario para que todo aquel que estuviera interesado en la compra se pudiera poner en contacto con él.

Lo cierto es que Michel no lo dudó ni un segundo y llamó al propietario, que resultó ser un ciudadano alemán; enseguida llegaron a un acuerdo y se realizó la compra.

El Citroën 2CV de 1975 de Michel Van Dyck

Nos cuenta Michel que la compra de un 2CV era una ilusión de su mujer y de él, ya que de joven su esposa tenía un Dyane 6 y le encantan los coches de la marca francesa. En cuanto a este vehículo, nos cuenta nuestro protagonista que llegó a Palma procedente de Lucena, una localidad cordobesa, donde pasó la primera revisión de la ITV y, ya una vez aquí, estuvo en la manos de un ciudadano alemán y desde 2013 pertenece a nuestro protagonista.

El Citroën 2CV de 1975 de Michel Van Dyck

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En cuanto al estado del vehículo, decir que estaba muy bien de chapa, principalmente de bajos, que es lo importante; tenían que hacerse algunas mejoras, pero nuestro protagonista, técnico de mantenimiento del Hotel Guadalupe, ha ido haciéndolas poco a poco y con mucho ingenio.

El Citroën 2CV de 1975 de Michel Van Dyck

Michel Van Dyck asegura que es un manitas y que le gusta ponerse nuevos retos y por eso todo lo que ha necesitado el coche en cuanto a reformas, lo ha hecho él mismo. Recuerda que lo primero que intentó arreglar fueron los platinos, ya que el coche no arrancaba y una vez en faena decidió que sería buena idea desmontar todo el motor y darle un repaso a fondo y a ello se puso. También reformó la parte eléctrica, mientras que el interior y la pintura no han sido retocados.

No se considera un coleccionista, ya que solo tiene este coche, aunque como muchos otros amantes de los clásicos empezó por restaurar motos. En la actualidad tiene un Mobylette SP-50 rural, un modelo muy popular en la década de los setenta, también tiene una Guzzi Hispania de 75 CC, que conserva y cuida con mucho cariño.

En cuanto al coche, asegura que está en perfectas condiciones y lo utiliza mucho, casi a diario, pues el coche marcha fenomenal; lógicamente, participa activamente en las actividades del club 2CV, y no se pierde una salida de las muchas que programan a lo largo del año. Nos cuenta, a modo de anécdota, que tiene un gran amigo de Girona, Luis, que suele venir cada vez que hay concentración. Aunque reconoce que es un capricho caro, asegura que en un futuro no muy lejano su objetivo sería adquirir un Dyane 6, ya que fue el primer coche que tuvo su mujer y le gustaría poder encontrar uno que estuviera en buenas condiciones para regalárselo, ya que ella también es una amante de la marca francesa.