Jaime Salvá cuida con esmero este Golf Cabrio que compró a su mujer y que ahora espera sea para su nieta

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La primera generación del Volkswagen Golf apareció en 1974 y estuvo vigente hasta el año 2010. El modelo descapotable del Golf, conocido como Golf Cabriolet, fue comercializado entre 1980 y 1993. A lo largo de los años se fueron introduciendo modificaciones, tanto en la estructura del vehículo como en diferentes componentes, entre ellos la capota, así como importante medidas para salvaguardar la integridad de sus pasajeros. La versión Cabriolet se convirtió en el coche descapotable más vendido del mundo. De la primera serie, Mk. I, se vendieron cerca de 400.000 unidades. Todo un hito que no es fácil de alcanzar y que pocos modelos consiguen.

Uno de esos coches fue a caer a manos de la familia de Jaime Salvá, que en 1987 decidió comprar uno para que lo utilizara su mujer; algo que hizo hasta su muerte. Ahora su ilusión es poder dejárselo algún día a su nieta, aunque aún habrá que esperar.

CUIDAR LOS VEHÍCULOS

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Jaime, que vive en s’Arracó, explica que ha tenido diferentes coches a lo largo de su vida, algunos verdaderos iconos en su época, como un Mini que adquirió en 1969 o un Seat 124 Sport, poco tiempo después. Reconoce que no es un coleccionista porque no tiene tiempo ni lugar para guardar los coches, aunque recalca que lo que sí hace es cuidar muy bien los vehículos que ha tenido, y por ellos este precioso Cabriolet está en perfectas condiciones a pesar de los años que tiene. Ahora asegura que no lo conduce mucho y lo utiliza para dar algunos paseos desde s’Arracó, donde vive al Port d’ Andratx para visitar a algunos amigos o pasear.

Jaime señala que los coches le han gustado toda la vida y ha procurado tener vehículos modernos y de vanguardia, aunque también desvela una faceta que suele ir asociada a los amantes de los coches: es un gran aficionado al mundo de las motos y en la actualidad cuenta con dos joyas, una Guzzi y una Impala. La primera tiene más de cincuenta años y fue la moto del médico de Andratx con la que realizaba las visitas a domicilio, la segunda aún la utiliza de vez en cuando para dar un vuelta con un grupo de amigos a los que les apasionan las dos ruedas, si bien nos confirma que estos paseos cada vez son más escasos pues a sus 72 años considera que no está para hacer según que tipo de heroicidades.

Su propósito es seguir cuidando el vehículo para que siga envejeciendo con él y más pronto que tarde dejárselo a su nieta, el objetivo que se ha marcado.