Roman Hummelt compró en Londres este Bentley Mark VI de 1951 en su estado original

TW
1

Roman Hummelt, un alemán que vive a medio camino entre su país y Mallorca, es el propietario de este precioso Bentley Mark VI de 1951 que adquirió en febrero de este mismo año en Londres. Roman, un tipo bonachón y que adora Mallorca, nos relató cómo fue la compra y, lo que resultó más divertido: su viaje desde la capital británica a Mallorca.

El vehículo es, como no podía ser de otra forma, de segunda mano: en realidad, tuvo tres propietarios hasta llegar a las manos de Roman. El primero fue un doctor en Ciencias de Aberdeen (Escocia), cuyas iniciales como profesional quedaron marcadas en la matrícula; la segunda fue Lady Ruth, que lo tuvo prácticamente parado en un garaje de Londres hasta que llegó a su tercer propietario, David Weaver, también residente en la capital del Támesis.

Noticias relacionadas

FILOSOFÍA Y CARÁCTER
Un capítulo aparte para tener en cuenta es el viaje que Roman y su mujer, Christiane, hicieron de vuelta a la Isla. Nuestro protagonista decidió hacerlo en el propio vehículo y para ello viajaron hasta el puerto de Portsmouth, en el sur de Inglaterra, para tomar un ferry hasta Santander, donde descubrieron que el coche no era el más adecuado para circular por las estrechas calles del casco antiguo. Desde allí emprendieron viaje a Bilbao, Zaragoza, Barcelona y de nuevo barco hasta la Isla. Lo peor de todo fue la climatología, pues no paró de llover e hizo frío y viento durante todo el camino, por lo que algunos trayectos más largos, como el de Zaragoza a Barcelona se hicieron muy pesados. Pero al final, con tranquilidad y tras seis días de largo viaje llegaron a Mallorca.

EL COCHE
En cuanto al vehículo, fue fabricado por la marca inglesa Bentley de 1946 a 1952; es un vehículo que monta un motor de seis cilindros con una potencia de 120 CV y que es una verdadera bestia, ya que pesa unos 1.200 kilos. En Inglaterra dicen que el Rolls es un coche que conduce un chófer y el Bentley lo conduce su propio propietario para diferenciarlos, ya que por su estética y algunas de las piezas que lo componen son muy similares. Con la carrocería completamente de acero, fue el primer automóvil completo ensamblado y acabado en su fábrica.

Roman, que es un gran amante de los clásicos, nos comenta que cuenta con varios vehículos y que éste lo adquirió por su estado, totalmente intacto desde su salida de fábrica. No se le ha efectuado ningún trabajo de restauración y lo compró para participar en el Concours International d’Elégance en septiembre.