Xisca Pujol está muy contenta con el regalo de su padre, ya que es un coche diferente a los que se ven por las carreteras.

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Xisca Pujol es la propietaria de este precioso Condesa de 1983 que le regaló su padre, Mateo Pujol. Este vehículo es un híbrido construido en Mallorca por la Compañía Balear de Automóviles, que tuvo su sede, según documentos de la época que han llegado hasta nuestros días, en la calle Gremio de Tintoreros número 37 del Polígono de La Victoria (hoy Asima). La empresa fue creada por Thomas Wadstrom, un industrial nacido en Argentina de padres suecos que recaló en la Isla. La empresa estuvo activa desde 1983 hasta 1986, cuando fue disuelta tras la muerte de su fundador, al parecer en extrañas circunstancias. Los diseños fueron retomados en 2003 por la empresa Belga Alveras.

Todos los modelos estaban basados en el chasis del Citroën 2CV, manteniendo por lo tanto los motores de dos cilindros y un gran parecido estético con ellos. Se fabricaron los modelos CBA Condesa y CBA Duquesa. Los cuerpos eran de fibra de vidrio y se les añadían muchos extras que les daban un encanto especial. La compañía presumía de la calidad de los materiales empleados para la fabricación, como la tornillería, el acero inoxidable o las maderas nobles con una importante base de barniz para resistir la climatología de las Islas. Otro de los grandes logros de la empresa fue la homologación de sus vehículos por la TUV alemana.

El modelo básico era el Condesa con una carrocería tipo paethon (o, lo que es lo mismo, carruaje antiguo) provista de una capota desmontable de color negro con una ventanilla trasera oval que disponía de lona abatible en el techo. Se le podían acoplar puertas laterales a gusto del cliente.

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BÁSICO

El Duquesa era la versión de lujo del Condesa. Tenía una línea similar, pero añadía muchos extras, como la tapicería que le daba un aire mucho más elegante y distinguido.

En cuanto a este vehículo, se trata de la versión básica, el CBA Condesa construido en 1983. Este modelo fue de los más fabricados, ya que se realizaron unas 300 unidades durante los cuatro años que estuvo en funcionamiento la empresa. El coche lo compró Mateo, padre de Xisca, en 2010 a un matrimonio de alemanes que lo tenía hacia más de treinta años. Nos cuenta que el coche estaba en excelentes condiciones, tanto que no hubo que hacerle ningún tipo de reforma, ya que esta pareja de jubilados alemanes tenía el vehículo encerrado en un garaje y lo cuidaban mucho, circulando muy pocos kilómetros.

Mateo, que es propietario de un taller mecánico en Andratx, nos comentaba que no hubo que hacerle ningún retoque al coche. También reconoce que este mundillo de los clásicos le apasiona. Nos dice que tiene un par de coches de los años ochenta a los que les tiene mucho cariño.