El emblemático castillo de Bellver nos ha servido como fondo ideal para este vehículo británico premium que destaca por su estética agresiva y sobria a la vez.

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Jaguar es una marca premium (con sede en Inglaterra) bastante especial por una serie de motivos. Lleva ya bastantes años unida a Land Rover, aunque ha pasado también por las manos de BMW o Ford. Lo que no sabe tanta gente es que desde el año 2008 Ford Motor Company vendió las marcas y tecnología de Jaguar y Land Rover al grupo automotriz indio Tata Motors, que es el dueño actual de las dos marcas.

El vehículo que hoy nos ocupa es el nuevo Jaguar F-Pace, que para ser el primer SUV de la marca no les ha salido nada mal, sobre todo desde el punto de vista estético, ya que este modelo es, sin duda, uno de los más bonitos del segmento.

DISEÑO. El diseño del F-Pace destaca por contar con una imagen de lo más agresiva, tanto la parte delantera como la trasera. Los faros anteriores ofrecen una imagen más japonesa que europea, que es curiosamente la que se está imponiendo en los mercados europeos. De la parte delantera también cabe destacar el parachoques con cuatro entradas de aire, además de la parrilla de color negro, que le acaba de conferir este toque deportivo que le caracteriza.
La parte posterior también dispone de unos faros muy atractivos, que van acompañados de unos parachoques con la parte inferior negra y doble salida de escape.

MOTOR. La unidad que hemos probado montaba el motor de 2.0 litros diésel de 180 CV y cambio automático y levas en el volante. Se trata de un motor que nos ha sorprendido gratamente en cuanto a prestaciones, pese a ratarse de un 4 cilindros y un peso de 1.720 Kg.

Así, las prestaciones son más que honrosas, ya que alcanza los 208 Km/h y la aceleración también es más que suficiente, por cuanto acelera de 0 a 100 Km/h en tan sólo 8,5 segundos, evidentemente en el modo Sport, donde el vehículo sube más y mejor de vueltas, cosa que repercute negativamente, como es evidente, en el consumo. Aunque llevando el coche a una velocidad moderada, los 5,1 litros anunciados por la marca, los hemos elevado sólo hasta los 6,2 litros, que sigue siendo una cifra bastante aceptable.

En el modo ECO, el F-Pace se muestra un poco perezoso para subir de vueltas y conduciendo en carretera es mejor optar por el modo normal o el Sport, si que remos poder adelantar con facilidad. Para recuperar vueltas, llevando cambio automático, se muestra un poco lento conduciéndolo en manual, pero nada que llame excesivamente la atención.

En carretera, su comportamiento es bastante neutro, aunque en curva se muestra un poco menos efectivo de lo que era de esperar al haber optado por una suspensión algo blanda. Esto cambia bastante si optamos por el modo deportivo, ya que el F-Pace gana muchos enteros en cuanto a dinamismo, aunque esto va en perjuicio de la comodidad de sus ocupantes.

INTERIOR. El interior de este nuevo vehículo es realmente amplio, sobre todo en las plazas traseras y maletero, que cuenta con una capacidad máxima de 650 litros.

Quizá la parte delantera, por la anchura de la consola central, es la menos amplia del vehículo. Además continúa hasta donde teóricamente iría el freno de mano, con lo que la separación entre los dos ocupantes de las plazas anteriores es total, una cosa que a mí particularmente no me convence.

La pantalla de grandes dimensiones y táctil está integrada en la consola, cosa que sí me gusta, ya que se obtiene un resultado muy limpio.

El cuadro de instrumentos es más bien clásico, aunque con rasgos deportivos y con una pantalla en la parte central, cuyo manejo es un poco complicado al principio.