Sebastián nos recibe en su puesto de trabajo junto a su hijo, también mecánico como su padre. Este coche lo adquirió hace unos 20 años a un ciudadano suizo y a lo largo de varios años fue restaurándolo hasta dejarlo en perfecto estado. Señala que no lo utiliza mucho, aunque es un coche al que le tiene un especial cariño. Así bien, nos dice que le van más los todoterreno. El coche lo utiliza de vez en cuando para mantener engrasada la maquinaria. Uno de los principales usos que le ha dado es utilizarlo para las bodas de sus familiares. Hasta en ocho ocasiones ha servido para tal propósito, nada menos.
Su hijo Sebastián también explica que le gusta la afición de su padre y que disfruta ayudándole a realizar los trabajos de restauración que en ocasiones hay que hacer. De momento no tiene ningún coche de su propiedad pues, asegura. que «es un capricho caro y de momento tiene otras prioridades».
En cuanto al modelo 170, ya existía la versión gasolina y fue en 1949 cuando Mercedes se decide a lanzar el 170 D. Lo hace a través de un motor con la misma cilindrada y construcción que el de gasolina pero con un rediseño en la culata, un refuerzo en el cigüeñal, más relación de compresión, una bomba de inyección, bujías de precalentamiento e inyectores elaborados por Bosch.
Con el paso del tiempo en 170 D pasó a ser 170 DA en mayo de 1950 con un maletero accesible desde el exterior y un motor de 1767 cm³. Dos años mas tarde llegó el 170 DB con un capó lateral sin ventanillas inclinadas que fueron reemplazadas por dos horizontales.
También llegaron al mercado fusiones del 170 D con el 170 S denominadas 170 DS que se vendieron hasta agosto de 1953 hasta la aparición del 170 SD. En total de ambas versiones de fabricaron 60.000 unidades.
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