Su estética denota ya el paso del tiempo, aunque mantiene el tipo gracias a los pequeños cambios que ha ido recibiendo. | Miquel Àngel Llabrés

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El Citroën C3 es un vehículo ya veterano en el segmento B. Se puso a la venta por primera vez en el año 2001 y ha ido creciendo durante estos años para convertirse en uno de los vehículos con una mayor habitabilidad para sus ocupantes.

La actual es sólo la segunda generación, aunque ha ido variando algunos detalles para irse modernizando sin llegar a ser uno de los punteros en ese aspecto. La marca francesa, últimamente, está manteniendo mucho tiempo sus vehículos sin apenas cambios, lo que puede ser un arma de doble filo. El C3, por su parte, es un veterano aún bastante moderno.

La estética se caracteriza por contar con un aspecto bastante juvenil, con unas luces anteriores irregulares, que dan una imagen de marca muy característica. La parte posterior quizá es un poco más vista, con un diseño irregular, bicolor, que cumple su función y que también aumenta esta unidad en la imagen de la marca francesa.

PROPULSOR
El propulsor es donde más ha trabajado en los últimos años para superar los VTi de gasolina, que eran motores de cuatro cilindros, con buena cifra de par pero con un consumo de combustible excesivo.

Como el resto de vehículos del grupo PSA, Citroën se ha apuntado al carro de los motores eficientes, con la adopción de los propulsores de tres cilindros, con poca cilindrada (tecnología downsizing), que consiguen buenas cifras en todos los apartados, lo cual es muy interesante para sus potenciales clientes.

El modelo que hemos probado contaba con el motor 1.1 de 82 CV, que no cuenta con inyección electrónica. En el tope de gama se encuentra el mismo motor, que con la ayuda del turbocompresor, se obtienen prácticamente 30 CV más, que se tienen que notar.

El que hemos probado nosotros de 82 CV tiene unas prestaciones discretas pero suficientes. Así, tarda 12’3 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h y la velocidad máxima es de 174 Km/h. En la recuperación, el C3 sigue en esta línea de la discreción, aunque para desplazarse por las carreteras mallorquinas cuenta con unas prestaciones más que suficientes.

En el consumo es donde el C3 Puretech ha visto mejoradas sus marcas de forma clara, ya que los 4’5 litros de media a los 100 Km ofrecidos por la marca, nosotros los hemos situado en los 5’4 litros, que es también una cifra de lo más aceptable.

En cuanto al comportamiento en carretera, el C3 se muestra muy noble en cualquier circunstancia. Las suspensiones son muy equilibradas, ya que la marca no incurre en el clásico error de ponerlas excesivamente blandas. Por ello, en las curvas se defiende bastante bien, sin tener un comportamiento neutro del todo.

El interior del C3 se inspira claramente el DS3, aunque la tecnología utilizada necesita un poco de renovación. El marcador combina la información analógica y la digital, y aunque el indicador del combustible forma parte de esta información digital, aunque haya sol, se ve perfectamente el nivel. En otros modelos, eso no es así.

La consola central, en la unidad básica (Live) que hemos probado disponía sólo de aire acondicionado, sin pantalla táctil en posición central, ya que la verdad es que estos detalles hacían que pareciera más anticuado de lo que realmente es. En las versiones superiores, con la posibilidad de disponer de climatizador o de navegador, la cosa cambia.