El nuevo Kia Optima destaca por tener un diseño del gusto europeo, con unas luces delanteras y posteriores muy modernas, aunque sin excentricidades.

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El Kia Optima, también denominado Magentis en su primera generación, es un automóvil del segmento D producido por el fabricante surcoreano Kia Motors, que empezó a fabricarse en el año 2001 a la que sucedió una segunda versión, que sólo estuvo tres años en el mercado, del 2005 al 2008. Como curiosidad, esta primera generación del modelo era prácticamente idéntica a la del Hyundai Sonata.

En el 2016, la marca coreana renueva el Optima que, cual Ave Fénix, resurge de sus cenizas y se presenta como un producto a la altura de los mejores en equipamiento, seguridad y motores, y todo ello a un precio muy interesante, lo que lo convierte en un serio competidor para el resto de marcas con vehículos del segmento D.

Estéticamente, se caracteriza por contar con un diseño moderno y atractivo. Los faros delanteros tienen una forma alargada, irregular, rodeados por una parrilla de dimensiones considerables. Un elemento curioso de la parte delantera es el diseño de los faros antiniebla, que están divididos en tres segmentos.
La parte posterior es discreta y elegante, con faros con iluminación led, que siguen en la parte lateral del vehículo.

PROPULSOR

Por ahora el modelo sale al mercado con un solo motor, el 1.7 CRDi de 141 CV, que le confiere un dinamismo muy interesante. La unidad que hemos probado contaba con el cambio automático de doble embrague y siete velocidades, con el que nos hemos llevado una grata sorpresa.

Es un propulsor de gran finura con el que se consiguen unas prestaciones más que suficientes. Así, pasa de 0 a 100 Km/h en tan sólo 11 segundos y con el modo de conducción Sport, sube más de vueltas y se nota bastante, sobre todo a la hora de adelantar. Además, cuenta con levas en el volante, con lo que se puede conseguir una conducción aún más dinámica y deportiva, que le va muy bien

En el comportamiento en carretera se ha optado –de forma acertada– por una configuración muy basada en la comodidad de los ocupantes, lo cual es normal en una berlina de este tipo. El trazado de las curvas es muy bueno, aunque si es cerrada quizá tiende un poco a sobrevirar, sin que se pierda el control en ningún momento. Un poco más de deportividad en el comportamiento no le hubiera ido mal.

El consumo de 4’4 litros a los 100 Km ofrecidos por la marca nosotros lo hemos elevado a los 5’7, que no está nada mal.
Los 4’85 metros de longitud se ven perfectamente reflejados en el interior, ya que los ocupantes de las plazas traseras van muy cómodos sentados, con un gran espacio para las piernas, además de ser muy amplio lateralmente.
La versión que hemos probado es la Emotion, que se caracteriza por los asientos de piel, con regulación eléctrica los delanteros, y eso le da un toque muy lujoso.

La consola central del vehículo dispone de una pantalla táctil de grandes dimensiones, que ayudan a controlar la mayoría de las funciones del vehículo.

A esta parte central sólo se le puede poner el ‘pero’ de que es bastante ancha, lo que no permite colocar del todo bien las piernas a los conductores altos.

Los marcadores presentan la configuración clásica, que muchas veces es la más práctica y efectiva, aunque dispone de una pantalla en la parte central con el ordenador de a bordo y otras informaciones importantes.