La marca surcoreana ha apostado también por los motores ‘downsizing’ de tres cilindros, que cuentan con unas prestaciones sorprendentes. | Miquel Àngel Llabrés

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El nuevo Kia Cee’d supone un restyling del modelo, en el cual se han introducido algunas mejoras importantes, que afectan más al equipamiento y a los motores –nueva generación– que a la estética, que ha recibido algunos cambios, aunque no determinantes ni fáciles de ver a simple vista.

Este vehículo del segmento C se puso a la venta por primera vez en el año 2007 y sustituyó en su momento al Kia Cerato, que era el nombre con el que se vendía este vehículo hasta ese momento en Europa.

Estéticamente ya hemos dicho que ha recibido pocas modificaciones; la parte frontal ha cambiado la parrilla delantera y la ubicación de los antiniebla, que ahora cuentan con mayor presencia gracias a los cromados. Los faros delanteros no han sufrido cambios y cuentan con las luces led que tan bien le quedan y que mejoran su presencia.

Lateralmente se trata de un vehículo que destaca por su buen coeficiente aerodinámico, que se ve reforzado por la impresión que da de tener una estética descendente mirando desde atrás.

La parte posterior del nuevo Cee’d cuenta con unos faros tal vez demasiado clásicos, que recuerdan a los de otros modelos, como el Opel Astra. Los elementos que han recibido un cambio importante y llamativo son las llantas, que son de un diseño más deportivo que las anteriores.

MOTOR
Las nuevas motorizaciones de gasolina son quizá los grandes alicientes de este nuevo modelo, ya que la marca surcoreana también se ha decantado por los propulsores downsizing, ya que ahora se pone a la venta con un motor 1.0 GDI de tres cilindros, disponible en dos potencias diferentes, una de 100 CV, y la que hemos probado nosotros, la más potente de 120 cv.

Se trata de un propulsor que nos ha sorprendido muy gratamente, ya que mejora en prácticamente todos los apartados a los motores anteriores, lo cual se agradece. Es muy fino de funcionamiento, para nada ruidoso, aunque a partir de las 4.000 vueltas sí que suena un poco más de lo que sería deseable.

En la recuperación, el motor sube de vueltas también con facilidad, lo cual le da un buen dinamismo en carretera, sin necesidad de cambiar de marcha con demasiada asiduidad. Se puede decir que transmite un dinamismo que con las anteriores versiones no se encontraba tan presente, además de mejorar también en eficiencia energética. Así, el consumo de 4’9 litros que anuncia la marca se ha traducido en 6’1 en nuestro caso, con una conducción mixta sin tener muy en cuenta las indicaciones de cambio de marcha que aconsejaba el vehículo.

INTERIOR
El interior también ha recibido algunos cambios en cuanto a calidades, que se han traducido en más cromados, mejores tapicerías y un diseño de la consola central más moderno, que se caracteriza por contar con unas salidas de aire más estrechas.

El espacio interior es bastante generoso en todos los aspectos. Las plazas delanteras son cómodas y es bastante fácil encontrar una buena posición de conducción. Los ocupantes de las plazas traseras, por su parte, tienen suficiente espacio para las piernas, además de tener una anchura generosa lo cual permite hacer viajes más o menos largos sin problemas de espacio.

El maletero cuenta con 380 litros de capacidad, con una distribución regular, dos datos que se traducen en una buena opción para llevar bastante equipaje.