El modelo es más bien discreto, pero tiene algunos detalles, como los intermitentes en la parte interior de los faros, que le confieren un toque de modernidad. | Miquel Àngel Llabrés

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La compañía Suzuki nació en 1908; en un principio estaba dedicada a la fabricación de telares con el nombre de Suzuki Loom Works, pero en 1951 el mercado del algodón se colapsó, y la compañía se planteó la ampliación a nuevos productos, y decidieron relanzar su fabricación de automóviles, que habían comenzado en 1931.

Algunas curiosidades de la marca es que en 1952 ideó la bicicleta motorizada que estaba equipada con un motor 2x36cc, llegando a fabricar ese mismo año 6.000 unidades o que el modelo Jimny, que sigue a la venta actualmente, empezó su comercialización en los años 70. Ya está a punto, además, la renovación de uno de sus modelos más míticos, el Vitara.

El modelo que hoy nos ocupa, el Celerio (con nombre particular), cuenta con una estética discreta y alegre, que es bastante diferente de la del Alto, vehículo al que sustituye. La parte delantera cuenta con unos faros bastante regulares, de forma rectangular, en el interior de los cuales se encuentran los intermitentes (en su parte interior) y las luces diurnas. Los parachoques están perfectamente integrados en el conjunto, aunque en la versión que conducíamos le faltaban las luces antiniebla. La parte posterior se caracteriza también por su carácter no demasiado innovador, que se concreta en unos faros de pequeñas dimensiones, bicolor (rojo y blanco)

Este modelo por ahora está a la venta con un solo propulsor, el 1.0 L de tres cilindros, que tiene una potencia máxima de 68 CV a 6.000 vueltas. En general se trata de un motor bastante “tranquilo”, aunque las prestaciones engañan un poco porque cuando quieres que el modelo suba de vueltas lo hace de forma bastante efectiva hasta las 6.000, aunque es hasta las 5.000 donde se nota el empuje de manera clara y hasta donde es aconsejable hacerlo llegar.
Los 13’5 segundos que tarda según la marca para llegar de 0 a 100 Km/h se pueden reducir un poco a costa de forzar demasiado el motor, lo cual no conviene en absoluto, pero al contrario de lo que podría parecer, el Celerio tiene un comportamiento bastante dinámico en la carretera.

El consumo es otro de sus grandes atributos. La marca anuncia una marca de 4’3 litros a los 100 Km en un recorrido mixto, que se ha acercado mucho a los 5 que nosotros hemos conseguido sin llevar una conducción excesivamente tranquila. Es tal vez uno de los vehículos que menos diferencia ha habido entre la anunciada por la marca y la que hemos conseguido nosotros.

El comportamiento en carretera es más dinámico de lo que pudiera parecer en un principio. Si bien en las curvas tiene una cierta tendencia a subvirar, en absoluto pierde su sitio, con lo que la estabilidad es otra de sus virtudes. De hecho, muchas veces parece que estamos conduciendo un automóvil de mayores dimensiones.

El interior es otra de las cosas que distingue a nuevo modelo porque dos adultos pueden viajar de manera cómoda (e incluso cinco un poco más estrechos). Lo que más llama la atención es el espacio para las piernas, que es mucho para ser un vehículo de 3’60 metros de largo, sin impedimentos.