Nekane Domblás

El análisis

Nekane Domblás

Periodista especializada en política

El recuerdo a Antich de Armengol para capear la tormenta

La nueva secretaria de Organización del PSOE ha sido hasta ahora compañera de Rosario Sánchez en el Ministerio

La secretaria general del PSIB, durante su intervención en el comité

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En el PSIB hay máxima preocupación y máximo enfado. La preocupación viene de la sensación de estar en medio de una nebulosa, con un suelo inestable donde uno pisa sin la certeza de saber si tocará alguna mina explosiva que aún queda por el camino. Este sábado volvió a estallar una con ese nuevo cargo socialista que apenas duró unas horas. El enfado está asociado al daño que tres golfos -por ahora solo son tres, pero ojo a esas minas- han causado al partido y al trabajo que muchos desarrollan en las instituciones o fuera de ellas. Hasta ahora, hasta el estallido del ‘caso Cerdán’, en el PSIB aún pensaban que tenían opciones de dar una sacudida a la realidad política. Habían aparecido las camisetas verdes, el GOB, los vecinos, la OCB... Marga Prohens acababa de entregar las armas a Vox en un pacto presupuestario que le ha costado muy caro. No habrá más medidas antisaturación que las tímidas que ya se han aprobado. El precio de la vivienda no parará de crecer porque, de los pisos que ahora proyecta Prohens, solo se verán, por el momento, grúas, obras e incomodidad.

Tal vez todo eso no fuera suficiente para cambiar la ola que parece dirigir el mundo hacia la derecha, pero al menos ese caldo de agravios era algo a lo que agarrarse. Los socialistas se han quedado sin asidero en medio de una crisis de reputación y sin haber resuelto aún la gran incógnita que ahí sigue desde que fueron desalojados del poder: qué hará Francina Armengol. Y vinculada a ello: cuándo se activará el relevo de toda la cúpula que ha dirigido el PSIB los últimos 14 años, ¿antes de las elecciones o después de perder las elecciones, que es lo que ahora mismo se adivina en el futuro?

El PSOE está mal y el PSIB, también, a pesar de que la dirección recibió este sábado ese aval de la dirección, que no es poco. En clave de equilibrios internos, la nueva secretaria de Organización, la valenciana Rebeca Torró, ha estado trabajando mano a mano con Rosario Sánchez en el mismo Ministerio, cada una de ellas en una Secretaria de Estado. Ahí aparece de nuevo Rosario Sánchez y ahí está la conexión valenciana que auspiciaron con cierto éxito Francina Armengol y Ximo Puig.

Pero el calvario que le espera al PSIB y al PSOE no es menor y lo saben. Francina Armengol hizo un quiebro leve, pero inesperado. Hay apoyo a Pedro Sánchez, sin duda. Pero tal vez ya no puede decirse aquello de ‘incondicional’ porque Armengol, que recordó a Antich, puso condiciones: un partido más feminizado, más de izquierdas y más unido a los socios. Resistir ya no basta. Eso dijo.