Javier Burón

«No entiendo cómo no ha explotado todo por el precio de la vivienda pero le va muy bien al rentista»

El experto en vivienda Javier Burón ha venido a Palma para presentar su último libro y participar en el II congreso del Fòrum de la Societat Civil

El experto Javier Burón | Foto: Pilar Pellicer

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Hoy se inaugura el II congreso del Fòrum de la Societat Civil, que se centra en la vivienda, en medio de la resaca después de la manifestación del pasado domingo, al que acudieron más de 8.000 personas pidiendo una solución a la vivienda y la saturación turística. En medio de esta vorágine, ha aterrizado Javier Burón, experto en políticas de vivienda y director de la empresa pública de vivienda de Navarra (Nasuvinsa). Además, es el autor de El problema de la vivienda (Arpa Editores), que presentó ayer por la tarde en la librería Rata Corner.

¿Cómo se ve la situación inmobiliaria de Baleares desde la Península?
—Estamos pagando un precio silencioso. Ya se habla de una fusión fría. No tenemos hijos cuando queremos, no se comparte piso por elección propia, se emprenden menos negocios... Lo novedoso ahora son las manifestaciones, aquí en Mallorca y en toda España, que no van en contra de un gobierno concreto sino contra el modelo de desarrollo. Lo que me preguntan cuando voy fuera es porque no ha habido un proceso similar al de las movilizaciones del 15M.

Después de todo, la vivienda es algo que afecta a todas las generaciones.
—Afecta a los millenials, a la Generación Z, que ven como sus hermanos, padres y abuelos han pasado por otra experiencia inmobiliaria. ¿Por qué no ha explotado la sociedad? No lo sé. Pero en el plano económico estamos en plena antropofagia: parará hasta que nadie pueda comerse a nadie o se deje de comer.

El problema de la vivienda se da en casi toda España pero en Balears vivimos el drama de una gran demanda en un terreno limitado.
—El territorio es finito y la demanda es muy grande. Hay muchas posibilidades de que alguien de fuera venga aquí a comprar vivienda. No sé si habrá un colapso físico, energético o medioambiental o simplemente las Islas se pasen de moda, pero no veo que ocurra eso a corto plazo. Lo que veo es que en las islas estáis sometidos a las mismas dinámicas de las grandes ciudades con otra intensidad.

¿Por qué nos ocurre todo esto?
—Como se ha dicho ya, si el turismo genera riqueza, ¿por qué no somos todos ricos? Hay cosas que se puedan hacer en Balears, aunque han pedido ahora que las VPO sean desclasificables y pasarlas al mercado libre.

¿Qué está haciendo mal Baleares?
—Como crítica técnica, que no política, tengo que decir que tiene el mismo modelo de Andalucía y Madrid, donde se desclasifican muy pronto las vivienda protegidas y salen a precio de mercado. El patrón europeo va por otro sitio, donde se fomenta el alquiler social y asequible. En el País Vasco las viviendas son protegidas para siempre desde 2003. Nos dijeron que sería el armagedon, igual que las zonas tensionadas.

Aquí un alquiler cuesta unos 1.500 euros, 700 euros la habitación, pero no se topan precios.
—Los que están en contra de las zonas tensionadas están en contra de la evidencia científica. Estas políticas funcionan. En Cataluña los precios se han reducido un 8,9 por ciento en el primer trimestre. Y en Galicia, donde gobierna el PP, van a autorizar que se declaren zonas tensionadas, sumándose a Asturias, Cataluña, Euskadi y Navarra.

Tenemos una legión de rentistas o gestores de patrimonio que vivien una edad de oro.
—Espero que no se llamen emprendedores. Tenemos rentista y tenemos especuladores. Los hay que viven de no trabajar pero cobran un precio de mercado, que en Pamplona sería de 700 euros. Si tienes 10 viviendas, pueden ser rentista. Pero si sacas a los inquilinos para que roten y cobras más, eres un especulador. Hay una parte de la sociedad que le va muy bien y solo invierte en vivienda y no en I+D, en negocios o en industria.

Hay algunos jóvenes que se lanzan a invertir en pisos por las redes sociales.
—Son zoomers, tecnobros que creen que por sus medios podrán solucionar los problemas pero está muy despistados. Y luego están los millenials que están esperando a heredar. Yo no quiero que el Estado y el mercado me solucionen la vida a los 60 años. Otro asunto es que nuestro padres consumirán su patrimonio para cuidarse.

Los extranjeros suponen el 30 por ciento de ventas en Baleares ¿Qúe podemos hacer?
—Debería declararse como zona tensionada. Aquí debería comprar el que tiene un proyecto de vida. No es un tema de nacionalidad, sino del uso de la vivienda. En cuanto a la vivienda de alquiler turístico, aquí hay una docena de inspectores y en Barcelona hay 100.

Mallorca está en una situación complicada y lo ha apostado todo al turismo y la inmobiliaria.
—Eso produce una mayor desigualdad económica. El día que reviente, el que pueda podrá aguantar. Vamos de burbuja en burbuja y tiro porque me toca. Creo que Balears no se quiere suicidar, tampoco España. En Navarra o el País Vasco hay una estructura socioeconómica más equibrada. El 31 por ciento del PIB de Navarra es industrial. ¿Qué pasará si Mallorca se pasa de moda? ¿Si alcanzamos las 60 noches tropicales?