Más de la mitad de la población dedica parte de su tiempo libre a la lectura, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España. La mayoría afirma hacerlo al menos una vez a la semana. Por primera vez en 2024 los lectores por ocio superaron la barrera del 65 %.
Si hay algo en lo que están de acuerdo los expertos es en el hecho de que fomentar el hábito lector en la infancia es crucial para el desarrollo personal y académico de los niños, pero hubo un tiempo en que las bibliotecas de toda España, restringían la entrada de los menores (todavía hay muchas que lo hacen) reservando el espacio para el estudio y la lectura silenciosa que se atribuye a los adultos.
Hubo una pequeña biblioteca en Baleares que hace ahora 35 años cambió el rumbo de la historia. Fue la primera del Estado en abrir los domingos, la primera con hilo musical continuo, la primera sin límite de préstamo y la primera en dar acceso a todo su fondo documental. No sólo prestaba libros, sino también juegos, convirtiéndose en 2003 en la primera ludoteca de España. Hablamos de la biblioteca de Can Torró, en Alcúdia, impulsada por Reinhard Mohn, fundador del mítico Círculo de Lectores.
Reinhard Mohn, fundador del Círculo de Lectores y de la Fundación Bertelsmann.
El germano acostumbraba a disfrutar de sus vacaciones en el norte de la Isla, pero una visita a la biblioteca municipal de Alcúdia a finales de los años 80, entonces ubicada en el casal de cultura, echó por tierra su descanso. No podía creer lo que estaba viendo. El interior de las instalaciones municipales era un infierno en su paraíso vacacional. Fue entonces cuando decidió comprar el edificio de Can Torró y crear una fundación para, junto al ayuntamiento de la localidad, generar un ambiente lector atractivo que permitiera involucrar a los niños en la selección de los libros, convirtiendola lectura en un juego. Fue un pionero en España.
La rehabilitación de Can Torró se ejecutó cuando nadie daba un duro por la recuperación de los cascos históricos. En abril de 1990 con motivo del día del libro,abrió oficialmente sus puertas. Desde entonces ha sido más que una biblioteca, funciona como un centro cultural. En los meses de verano es habitual que se programen actuaciones musicales en su hermoso patio que comparte con el centro de exposiciones de Can Fondo, adosado al edificio original.
En su primer año de funcionamiento uno de cada cuatro vecinos de Alcúdia había sacado libros en préstamo y Can Torró tenía una media de 3.700 visitas mensuales. Desde entonces hasta ahora sus cifras no han dejado de crecer. Hoy cuenta con más de 21.500 documentos y realiza más de 50.000 préstamos al año. Recibe una media anual de 40.000 visitantes. En 2009 abrió su primer satélite, una subsede que da servicio a los vecinos del Port d’Alcúdia para que no tengan necesidad de desplazarse a la ciudad.
Ludoteca de la biblioteca municipal Can Torró en Alcúdia.
Reinhard Mohn, falleció en octubre de 2009. Su familia continuó su legado mano a mano con el Consistorio alcudienc durante casi una década. La aprobación de la llamada Ley Montoro, impulsada por el Gobierno del PP para atajar la deuda de los ayuntamientos en España, provocó en 2017 la disolución de la fundación Berltesmann. Desde entonces el Ajuntament d’Alcúdia gestiona la institución en solitario.
El Círculo de Lectores, el club para los amantes de los libros que Reinhard Mohn había creado en 1962 en España, pasó a manos del Grupo Planeta que acabó echando el cierre a finales de 2019. En su mejor momento (en los años 90) llegó a tener un millón y medio de socios.
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