emergencia habitacional

Baleares necesitará 45.000 viviendas en cinco años para evitar el colapso

La recién creada asociación de pequeños y medianos promotores APROVIBA apremia a la administración para construir vivienda asequible

Un edificio de viviendas en construcción en el Parc de Llevant de Palma

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Balears se enfrenta a un reto habitacional sin precedentes: en los próximos cinco años serán necesarias unas 45.000 viviendas nuevas para atender el crecimiento de la población activa y evitar la paralización de servicios esenciales como sanidad, seguridad o educación. Así lo advierte Joaquín Chinchilla, presidente de APROVIBA, una nueva asociación, auspiciada por PIMEM, que agrupa a pequeños promotores inmobiliarios de las islas.

«Estamos ante una enfermedad grave que va a empeorar», afirma Chinchilla. «Ya hay médicos, policías o guardias civiles que rechazan venir a Baleares porque el alquiler les cuesta más que el sueldo». Según explica, la situación es crítica no solo por el déficit actual, que estima en unas 18.000 viviendas, sino por el aumento previsible de la demanda debido al relevo generacional en sectores clave. «Muchos profesionales se jubilarán en estos cinco años y deberán ser sustituidos por personas que tendrán que venir de fuera, pero no hay vivienda para acogerlos», añade.

APROVIBA nace precisamente con la intención de ofrecer una voz unificada a los promotores medianos y pequeños, «que hasta ahora gritábamos en el desierto», y para tener interlocución directa con las instituciones. Entre los principales obstáculos que denuncian están la lentitud en las licencias, la subida de costes al depender del capital privado y la falta de acceso a financiación bancaria. En este sentido, lamenta que la administración apenas utilice herramientas ya disponibles, como el ISBA, para facilitar el acceso al crédito.

Chinchilla señala errores en las políticas del Govern, como el cambio de uso de locales a vivienda, pero también aciertos, como construir en altura o recalificar suelo de equipamiento antes de tocar el suelo rústico: «En las Islas, empezando por Palma, aún hay suficiente suelo urbano y urbanizable disponible siempre que haya coordinación entre ayuntamientos y el Govern. Tocar el rústico debería ser la última opción»»

Para Chinchilla: «Otra vía importante es la vivienda vacía. Aunque muchas son segundas residencias, hay que analizar su distribución y estudiar cómo podrían utilizarse temporalmente mientras se construye nueva vivienda, lo cual lleva entre seis y siete años. También hay muchas propiedades en manos de bancos que están sin uso». Celebra la propuesta que llevó Sánchez a la Conferencia de Presidentes de aumentar la inversión en vivienda y blindar para siempre la VPO, o la de gravar la compra de vivienda por parte de extranjeros no residentes: «Las Islas se han puesto practicamente en venta.Lo que no entiendo es por qué el Govern no declara el archipiélago como zona tensionada».

Los promotores de APROVIBA tienen en marcha unas 1.000 viviendas en municipios como Manacor, Calvià o Palma, con precios entre 119.000 y 220.000 euros, dirigidos a familias trabajadoras. Aun así, advierten que la falta de mano de obra y la escalada de precios comprometen la viabilidad de muchos proyectos. También reclaman reforzar los equipos técnicos municipales y retomar medidas como el silencio administrativo positivo para agilizar los trámites.

«Pedimos soluciones, no más diagnósticos», resume Chinchilla. Y lanza un mensaje: «La situación es muy grave y vamos tarde, pero aún estamos a tiempo de solucionarlo si se actúa con valentía».