Un equipo de mallorquines lidera una investigación internacional para establecer las zonas marinas a proteger

Aún no se ha definido si Baleares estará entre las zonas a proteger, pero algunas de las trayectorias consideradas en el estudio incluyen a tortugas bobas y ballenas de aleta, que pasan cerca de las costas baleares

Malcolm O'Toole (investigador en Australia), Jorge P. Rodríguez (Aemet), Víctor M. Eguíluz (CSIC) y Ana M. Sequeira (Universidad Nacional de Australia) en el encuentro en el que crearon MegaMove (el programa para hacer el estudio) en Perth (Australia)

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Un equipo de mallorquines está liderando una investigación internacional, en la que participan 400 científicos de 50 países, para establecer las zonas marinas que se deben proteger para intentar conservar a los gigantes marinos. En concreto, este estudio lo lideran el portavoz adjunto de la delegación territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Baleares, Jorge Rodríguez, junto al también mallorquín Víctor M. Eguíluz, miembro del CSIC; y Ana M. Sequeira, de la Universidad Nacional de Australia.

Rodríguez señala que aún no se ha establecido si Baleares será una de estas zonas. No obstante, precisa que «algunas de las trayectorias consideradas en el estudio incluyen a tortugas bobas y ballenas de aleta (rorcuales comunes) que pasan cerca de las costas baleares».

El citado investigador resalta la importancia de ampliar las zonas marinas protegidas y advierte que «incluso ampliando la protección al 30 % del océano, más de la mitad de las áreas de residencia y corredores migratorios quedarían expuestas a amenazas». Entre los principales peligros para la supervivencia de tiburones, ballenas, tortugas y focas se encuentran la pesca o la contaminación por plásticos. Actualmente, sólo están protegidas el 8 % de las áreas marinas, mientras que el Tratado de Alta Mar (ONU) establece que deben llegar al 30 %.

El líder de la citada investigación detalla que la megafauna incluye algunas de las especies más conocidas del océano, por ejemplo los tiburones, las ballenas, las tortugas o las focas.« Estas especies son típicamente superdepredadores que juegan un papel vital en las redes tróficas marinas, pero que se encuentran crecientes amenazas debido al impacto medioambiental de las actividades humanas».

Primeros resultados del estudio

Aunque aún no se han precisado las áreas a proteger, sí hay ya algunos primeros resultados a destacar del estudio, publicados este jueves en la revista Science. En concreto, identifica mediante algoritmos las áreas relacionadas con comportamientos críticos de los animales como la residencia y la migración. Estas áreas ocupan el 66 % del espacio utilizado por estos animales. Dentro de ese 66 %, los animales encuentran amenazas a su supervivencia, como el aumento de la temperatura debido al cambio climático, la pesca, la contaminación por plásticos o el tráfico marítimo.

«Nuestro análisis identifica qué áreas del océano global son usadas como residencias o corredores migratorios. Para elegir qué zonas habría que proteger, las ordenamos priorizando los comportamientos más importantes para el mayor número de especies. Aun así, proteger únicamente el 30 % del océano dejaría el 60% de las áreas críticas expuesto a amenazas», explica Rodríguez.