Entre el nerviosismo y la serenidad en la segunda jornada de selectividad: «Creo que es el primer examen que voy a dejar en blanco»

Los jóvenes se han examinado de las asignaturas de Catalán y Matemáticas Sociales, entre otras

Los jóvenes aprovechan para repasar antes del examen de Filosofía de este miércoles | Foto: Javi Patón

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La segunda jornada de la selectividad en la UIB ha estado marcada por una mezcla de emociones entre los estudiantes. Mientras unos intentan controlar los nervios antes de entrar al aula, otros muestran una sorprendente tranquilidad tras haber superado ya los primeros exámenes.

Blai Rodríguez, que aspira a estudiar Matemáticas, necesita un 12 de nota para lograr su objetivo de irse fuera de la Isla. Aunque asegura no sentir nervios, confiesa que está durmiendo poco debido a las intensas horas de estudio. Una situación compartida por muchos compañeros que encaran estos días con máxima concentración.

Marta Gómez y Aina Ginard, por su parte, tienen claro su camino: psicología. Para ello necesitan entre un 9 alto y un 10, y saben que el examen de filosofía que se realizaba este miércoles a las 15.15 horas, puede marcar la diferencia, ya que les pondera doble. «Estamos muy nerviosas, aunque hasta ahora los exámenes nos han ido muy bien», reconocen antes de entrar al aula.

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En los pasillos y alrededores de la Escuela Politécnica Superior de la UIB, hay quien aprovecha para repasar en grupo mientras comen algo, y otros que prefieren aislarse. Es el caso de Pau Zubillaga, que busca una plaza en Farmacia y necesita un 10. «Después del primer examen se te quitan los nervios y solo piensas en terminar», asegura con aplomo.

No todos comparten esa calma. Una joven, visiblemente alterada, y que se dirigía hacia el aula para realizar el examen de Filosofía, compartía con una amiga los nervios previos: «Creo que es el primer examen que voy a dejar en blanco», decía con angustia.

Dos jóvenes, visiblemente nerviosas, repasan de camino a una de las aulas de Escuela Politécnica Superior de la UIB.

Escenas como esta reflejan los extremos de una jornada donde cada decisión y cada pregunta contestada puede determinar el futuro académico de miles de jóvenes mallorquines.