En la actualidad vive de alquiler en una casa en Lloseta propiedad de la SAREB, ha puesto a la venta esta promoción que se tasó por 400.000 euros antes del boom. Ahora los precios se han disparado pero Bueno ha decidido que no se sube a ese carro. «Alguien me dirá que me vaya a un piso, pero yo soy rural, de campo».
«Quiero mucho a Baleares. Aquí he vivido casi treinta años. Y mucha gente me dice: nos hemos comprado una residencia en el norte. Veo mucha gente que una vez que se jubilan, con una pensión de 600 euros, se van a Valencia o al norte. «No me extrañaría que en breve haya una alianza inmobiliaria entre Mallorca y el norte de España».
La Mallorca repleta ya no puede más y se escapa al paraíso de la España vaciada. Al igual que ella, Bueno está convencida de que habrá un éxodo de mallorquines a la Península, «no todo el mundo está dispuesto a vivir en un piso compartido como lo hacen los jóvenes o los inmigrantes. Eso no es un proyecto de vida». El drama, vaticina, está en el tejado de los jóvenes mallorquines que se tienen que independizar, algo imposible salvo que los padres les proporcionen el dinero de la entrada de la vivienda.
Otro de los puntos que la obligan a decir adiós a la isla es la saturación. «Hay que pensarse mucho por dónde te mueves si el día está nublado. En verano, además, sé que si no reservo en un restaurante no comeré. No poder moverte afecta a tu vida laboral y personal».
Masificación
Bueno, experta en el mundo inmobiliario, ha mostrado ya su agotamiento ante la ferocidad del mercado insular que le afecta como profesional pero también como ciudadana. «No podemos limitar la población y mientras siga aumentando, seguirá creciendo el precio de la vivienda. Hay alemanes que incluso compran pisos en Son Gotleu para invertir. Sus ingresos son tres veces los nuestros».
Otro de los males que inciden en la Isla es el rentismo. «El sector inmobiliario es un refugio, es la gallina de los huevos de oro. Si mi vecina alquila por 1.000, yo quiero más. O los amigos te llaman tonto. Y con eso de subir los precios, hay gente que se va a la calle. Al final, los inquilinos están pagando las hipotecas de los propietarios».
El mismo fenómeno se da con el alquiler vacacional. «Mucha gente paga las hipotecas alquilando a turistas, aunque ahora están asustados por las inspecciones, pero da igual, no ponen el anuncio en Airbnb y los anuncian en webs de Alemania, Suecia o incluso ni lo publican. Tienen clientes que les llaman ya cada año. Esto lo pueden decir los taxistas de Sóller y Bunyola, que llevan a los turistas a estas casas de verano. Y todo esto es dinero en negro, que se paga en mano».
Mientras tanto, tener una casa en Mallorca sigue siendo el sueño de los alemanes y demás vecinos el norte de Europa, lo que se traduce en una pesadilla para los residentes, incapaces de acceder al poder adquisitivo europeo. En el otro extremo de la tabla salarial «están los inmigrantes que vienen a trabajar, argentinos o colombianos. Si tienen papeles, alquilan un piso. Si no, comparten habitaciones y se apañan. Alquilar por habitaciones es un negocio muy suculento. Pueden alquilar cada habitación por 600 euros en un piso de cuatro habitaciones: son 2.400 euros al mes, 30.000 euros al año». Aquel que no quiera pasar por el aro, se ve abocado «al chabolismo y a las autocaravanas. Y este problema irá a más».
En la Part Forana, por desgracia, el drama también se ha extendido. Bueno no tiene pelos en la lengua y tacha de «sinvergüenzas» a aquellos propietarios que han puesto una vivienda a la venta, han firmado ya el contrato de arras «pero incumplen su palabra en cuanto aparece un extranjero que ofrece más dinero. Un contrato está para cumplirlo». Eso sí, critica duramente que se haya tumbado el registro obligatorio de agentes inmobiliarios, ahora es voluntario, lo que permite que sigan campando a sus anchas supuestos profesionales oportunistas en busca de dinero fácil en el sector inmobiliario balear.
75 comentarios
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NormaDinTodo lo que no es la GRAN ESTAFA NEOLIBERAL ACTUAL, tiene que ser comunismo y ruina según vosotros. Vaya argumentos, sin ese discurso del miedo no llegáis muy lejos. ¿Por qué no hablas del Ayuntamiento de Viena y sus políticas de vivienda? ¿Son comunismo y ruina? Yo creo que no. La ruina la estáis trayendo vosotros ya con el neoliberalismo y lo vemos cada día.
PiolínSánchez no ha hecho ninguna política para disponer de viviendas. Se limita a cacarear la construcción de un número determinado de viviendas y, así, ya ha cumplido. Truco que va reiterando cuando tiene ocasión. Lo que si ha hecho es una política para NO disponer de viviendas. La primera de ellas, torpedear el mercado del alquiler.
Está claro, los activistas que por aquí escriben no necesitan un mercado en el que adquirir bienes tales como la vivienda, sino un sistema socialista que sustituya al mercado en tal función. Que sigan asín, llegaran lejos.
NormaDinEn vivienda, Sánchez ha hecho políticas neoliberales muy parecidas a las de la derecha. Ahora empieza a espabilar un poco, pero de todas maneras, las competencias son autonómicas.
Alex JuradoDarte a tí por c..lo
immobiliàries i esppeculació van de la ma. Activitats com la seva és lo que fa que la gent hagi de partir. Tolerar fons d'inversió a totes les empreses estructurals és un error descomunal
PiolínÉsi, que abomine del (neo) liberalismo y el camarada Sánchez le regalará un pisito flamante bien ubicado.
ToñitosCréase lo que usted quiera. La historia es 100% cierta. Pero le digo más, como este chaval hay infinidad más, todos los jóvenes que se las estén viendo chungas para emanciparse y a la vez defiendan el neoliberalismo y la vivienda como negocio, están tomando de su propia medicina. Lo triste es que no lo entiendan y no razonen.
Sa veritat que a Mallorca ja no tenim cap qualitat de vida. Conec molta de gent que s' en va. Molt lògic.
PiolínNo me creo na de na.