El 66 % de las personas con discapacidad de Baleares están fuera del mercado laboral

La fundación Adecco también resalta que el 72,5 % de las familias con hijos con discapacidad se sienten solas y desbordadas a la hora de afrontar el diagnóstico

Las personas con dispacidad tienen más disficultades para encontrar empleo. Imagen de archivo de la Fundación Aproscom, de Manacor, que lleva décadas trabajando para mejorar el día a día de las personas con discapacidad, ayudándoles a aprender un oficio | Foto: Gori Vicens

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El 66,1 % de las personas con discapacidad de Baleares están fuera del mercado laboral «debido a barreras como el desconocimiento, la sobreprotección familiar, la ausencia de itinerarios formativos o los prejuicios sociales y empresariales». Así lo pone de manifiesto un estudio de la fundación Adecco, que también resalta que el 72,5 % de las familias con hijos con discapacidad se sienten solas y desbordadas a la hora de afrontar el diagnóstico. Cabe precisar que el próximo 15 de mayo se celebra el Día Internacional de las Familias y el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco presenta su decimocuarto informe Discapacidad y Familia, con el objetivo de «visibilizar la situación, necesidades y expectativas de los hogares que conviven con la discapacidad, explorando los retos añadidos a los que se enfrentan y reivindicando el apoyo que merecen para avanzar en igualdad de oportunidades. Las conclusiones se basan en una encuesta a 364 familias que tienen hijos/as con discapacidad»

Adecco resalta que «la baja participación laboral de las personas con discapacidad (33,9%) evidencia la necesidad de intervenir desde la infancia. La llegada de un hijo o hija con discapacidad supone un cambio de gran magnitud en la vida familiar, que conlleva nuevas necesidades, ajustes y aprendizajes. Lejos de dramatizar esta situación, desde la Fundación Adecco queremos poner el foco en el proceso de adaptación que viven las familias, así como en los apoyos que pueden marcar la diferencia».

La mencionada fundación explica que «este año hemos querido profundizar en cómo la discapacidad puede influir en el bienestar emocional, social y laboral del entorno familiar. Las familias con personas con discapacidad experimentan un extra de vulnerabilidad que no se limita al plano económico, sino que a menudo se manifiesta también en forma de agotamiento emocional, falta de comprensión por parte del entorno o sensación de soledad».

Ante esta situación, Adecco expone que «el apoyo social emerge como un factor clave para favorecer un afrontamiento positivo. Cuando las familias se sienten parte de una red y disponen desde el principio de apoyo profesional y emocional, cuentan con más herramientas para estimular a sus hijos e hijas hacia la autonomía, favoreciendo su desarrollo personal y su preparación para una vida independiente. Este aspecto es fundamental, ya que, en el fondo, la gran preocupación de los padres y madres sigue siendo el futuro: que sus hijos puedan valerse por sí mismos. Un reto ambicioso, teniendo en cuenta que actualmente, en Baleares, la mayoría de las personas con discapacidad en edad laboral (66,1%) no participan en el empleo».

Brecha laboral

Adecco subraya la brecha laboral, ya que entre las personas con discapacidad la tasa de actividad es del 33,9 %, mienttrras que en el resto de la población es del 79,5 %. «Se trata de una brecha de 45,6 puntos porcentuales que en España es similar. No obstante, la participación laboral de las personas con discapacidad en Baleares (33,9 %) es ligeramente inferior a la nacional (35,5 %).

La citada entidad argumenta que entre todos los factores estructurales que explican esto, destaca la «falta de herramientas y acompañamiento especializado que muchas familias afrontan desde las primeras etapas de vida de sus hijos con discapacidad. En ausencia de recursos y de una orientación adecuada, es frecuente que no se estimulen de forma plena las capacidades y la autonomía de los niños y niñas. Como consecuencia, al llegar a la edad adulta, muchas personas con discapacidad no han alcanzado su máximo potencial funcional, viéndose empujadas hacia la inactividad, la dependencia del entorno familiar o la percepción de prestaciones públicas como vía de subsistencia. Y de ahí su baja tasa de actividad».

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, «la baja participación de las personas con discapacidad en el mercado laboral no es una circunstancia puntual, sino una realidad estructural que arrastramos desde hace décadas. Si queremos revertirla, no hay otro camino que empezar a trabajar desde la infancia. Sin una intervención temprana, continuada y especializada, muchas personas con discapacidad alcanzan la edad adulta sin haber desarrollado las competencias necesarias para acceder al empleo. Hay que apostar por un modelo de acompañamiento integral, sostenido en el tiempo y basado en intervenciones tempranas y personalizadas, que potencie las habilidades de las personas con discapacidad desde las primeras etapas de vida. De este modo se promueven trayectorias vitales más autónomas y participativas, contribuyendo además a revertir patrones de exclusión estructural y a construir una sociedad más inclusiva».

Vulnerabilidad de las familias

A su modo de ver, «este acompañamiento debe iniciarse en la infancia, una etapa especialmente crítica en la que las familias se sienten más vulnerables, necesitando más que nunca orientación, apoyo y recursos». La encuesta de Adecco revela que el miedo (93,4 %), la desorientación (84,2 %), la tristeza (78,8 %) y la soledad (73,3 %) son las sensaciones iniciales que predominan tras el diagnóstico, lo que refleja una importante vulnerabilidad emocional de las familias con personas con discapacidad. Otros sentimientos son el alivio (37,4 %) y la incomprensión (35,5 %).

Según Fátima López, consultora de Plan Familia de la Fundación Adecco, «cuando llega un hijo con discapacidad aparecen emociones muy intensas que se acentúan cuando las familias sienten que les falta una red cercana con la que compartir sus vivencias y emociones. Esta falta de conexión puede generar sentimiento de soledad que, si se mantiene en el tiempo, conduce al aislamiento familiar y a la pérdida de relaciones sociales. Por este motivo, es fundamental que las familias cuenten con espacios seguros y acogedores donde puedan expresarse con libertad, resolver dudas y aprender de otras experiencias. El apoyo social no solo contribuye al bienestar emocional de las familias, sino que también favorece un entorno más positivo para el desarrollo del niño o niña con discapacidad».

El impacto de la discapacidad en la conciliación familiar

Adecco señala que «conciliar la vida familiar y profesional es un reto cotidiano para la mayoría de los hogares, pero cuando en la familia hay una persona con discapacidad, este desafío se intensifica. Las necesidades de atención específica, los desplazamientos frecuentes a centros médicos o educativos, las gestiones administrativas y la carga emocional añadida convierten la conciliación en un ejercicio diario de equilibrio complejo. A ello se suma, en algunos casos, una limitada comprensión por parte del entorno laboral».

El sondeo de Adecco señala que el 38,5 % de las familias con hijos con discapacidad ha podido conciliar sin cambios significativos, mientras que en un 35,2% de los casos se ha optado por una reducción de jornada y en un 11 %, uno de los dos progenitores ha tenido que dejar su empleo. Por otra parte, un 15,4 % ha recurrido a la prestación CUME (cuidados de menores afectados por cáncer u otra enfermedad grave).

En el caso de los padres y madres que trabajan, el 62,3 % señala sobrecarga mental y física como la principal dificultad para conciliar. Esta sensación de agotamiento constante deriva tanto de las tareas del cuidado como de la presión emocional que acompaña a la incertidumbre y a la responsabilidad permanente. Por otra parte, un 33 % indica la ausencia de una red de apoyos familiares o cercanos para el cuidado de sus hijos e hijas con discapacidad, lo que implica que muchos padres y madres deben asumir estas tareas en solitario, sin posibilidad de relevo por parte de abuelos u otros referentes. Finalmente, un 25,3 % subraya las escasas medidas de conciliación en las empresas como principal obstáculo para la conciliación: horarios no flexibles, dificultades para cambiar de turno, imposibilidad de teletrabajar, etc.