«En este espacio se presentará el material fotográfico de Milena Villalba, además de nuestra investigación sobre las emisiones y su impacto en el cambio climático», señala Oliver. La insularidad influye en la búsqueda de soluciones ante las emisiones y la importación de materiales, explica Mayol. «Queremos abrir un debate riguroso y científico sobre las emisiones de CO2, que aumentan la temperatura y el nivel del mar, además de provocar fenómenos meteorológicos más intensos», añade Oliver.
Mayol advierte que «la construcción y la vida útil de los edificios son responsables del 36 por ciento del impacto global de las emisiones de CO2». Ambos coinciden: «Tenemos que aprender a construir sin emisiones».
En el caso de Peris + Toral, presentan Casas Tierras, 43 viviendas sociales en Eivissa, cuyas paredes están construidas de bloques de tierra comprimida. «Regula la termodinámica y la humedad, que es muy alta en Eivissa, se reduce, por lo que hay un mayor confort», aseguran Marta Peris y José Toral.
A este material se suman las estrategias bioclimáticas de construcción: jardines de invierno, un atrio y chimenea solar que permite las ventilaciones cruzadas y el mantenimiento de la temperatura. «Se lucha contra la pobreza energética», indican los arquitectos. Y en el diseño se han tenido en cuenta «los pronósticos del calentamiento global».
Munarq, con Pau Munar y Marc Peiró, se ha basado en el balastro para construir Ca na Pau. «Creemos que la arquitectura estándard y la globalización mata el paisaje, que se construye por el material, no por la forma», explica Munar. En este proyecto han utilizado un material que está en la zona y además, paja para la cubierta y revocos interiores. «El transporte es el creador de la crisis climática, por eso queremos que todo sea de Kilómetro 0», incide el arquitecto.
Irene Pérez, junto a Jaume Mayol, están al frente de TEd’A Arquitectes, que llevarán a Venecia Ca Na Catalina i En Joan, cuya materia prima principal es el marés. «Es una casa con dos pieles, marés de Ca's Vilafranquet y cerámica de Felanitx», dice Pérez. Además, su estructura se basa e una casa patio «con tiro de aire. La distribución está orientada para que entre el embat del mediodía. «Antiguamente se usaba el sentido común», aclara la arquitecta, que han recurrido a artesanos y recursos próximos. «Hacemos un llamamiento a la tradición evolucionada», aclara.
Derribar un edificio y convertir los escombros en material para una nueva construcción. Este es el espíritu del proyecto Viviendas Sociales 2104, en Palma. Xavier Ros, de H Arquitectes, explica que «reutilizamos el 90 por ciento de los materiales del edificio antiguo, que estaba en desuso y en muy mal estado».
Las tejas fueron desmontadas y se enviaron a otro proyecto del Ibavi, mientras que maderas, acero y vidrio siguieron su propio canal de reciclaje. La estructura principal, de marés y hormigón, fue derribada y la propia empresa de demoliciones se encargó de convertir ese material en grandes bloques de 600 kilos, que después se colocaron de manera tradicional. «Este modelo se puede replicar a gran escala, es más barato y más rápido», dice Ros.
3 comentarios
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No hace mucho quemaban los residuos y basuras de Nápoles en la incineradora de mallorca. Mallorca 0 emisiones, me parto y más ahora con el.duo calavera ppvox
Cero emisiones Agenda 2030 crueles rollos Zurdos ...que nos controlan y empobrecen
Nosotros lo único que podemos exportar es la destrucción masiva del territorio, de esto sabemos un rato largo.