Rumanía, el país que tiene a una IA como consejera de gobierno, exporta su talento tecnológico a Baleares

Diez años después España había perdido 269.725 residentes rumanos (aproximadamente un 30 % del total) pero las Islas parecen escapar a ese «éxodo masivo» del que se habla tanto en el país.

La curva demográfica nacional está en caída libre. La de Baleares, en cambio, apenas sufre fluctuaciones. ¿Por qué las Islas atraen a los rumanos más que el resto de territorios de España? El clima, la tranquilidad y su ubicación geoestratégica son claves para explicar el fenómeno. Hablamos con emprendedores de origen rumano que, no solo, han dado un vuelco a su vida viniendo a Mallorca, sino que han conseguido posicionarse en el ránking del emprendidurismo mundial.

El cónsul Alexandru Lazar se refiere a «la paradoja rumana» para explicar lo que está pasando y por qué es un fenómeno que pasa desapercibido. «A falta de que el INE actualice sus datos, sabemos que en Baleares están viviendo en estos momentos más de 10.000 personas rumanas, es un número que se mantiene más o menos constante desde hace cuatro años. La paradoja es que estamos tan bien integrados que no nos dejamos ver, somos personas proactivas que podemos aportar mucho a la sociedad y formar equipo. Alexandru Gabril, que está en el top 65 de exportadores de productos cosméticos del mundo, es un ejemplo, pero hay muchos más. Junto con los Baleares podemos aportar mucho valor especialmente en el sector del Software en Baleares», explica.

Alexandru Gabril llegó a Mallorca hace ahora 15 años. Después de trabajar en diferentes sectores, en 2013 decidió abrir su propia empresa de distribución de cosmética, perfumería y cuidado personal: Trade Force Brands. Hoy tiene un volumen de ventas de 30 millones de euros. Cuenta con clientes en 63 países del mundo y es un referente a nivel nacional y Europeo. «Suministramos más de 200 marcas de belleza al por mayor. Tenemos la sede en Mallorca y almacenes en Madrid, Amsterdam y Bucarest», explica el empresario.

Como muchos otros emprendedores rumanos la primera vez que vino a la Isla lo hizo de vacaciones. «Me gustó mucho la gente, el clima, la tranquilidad, la seguridad y por supuesto la comida y decidí establecerme aquí. Dejé mi trabajo en Rumanía en banca para empezar una nueva vida», relata. No se arrepiente de aquella decisión.

La relación de los rumanos con Mallorca no es nueva. A principios del siglo XIX Emil Racovitá, considerado el padre de la bioespeleología, despertó su interés por esta ciencia durante un viaje a la Isla. La familia propietaria de las Cuevas del Drach le invitó a visitarlas y durante tres días estudió en ella los organismos adaptados a la vida en cavernas. Descubrió el Thyphlocirolana moraguesi, un crustáceo cavernícola al que le puso el nombre de morasegui en honor a Ferrán Moragues, el hijo del propietario de las cuevas en aquél momento, que le había acompañado durante la exploración. A partir de esa fecha decidió consagrar su vida al estudio de organismos en cuevas. Una estatua suya rememora en el Paseo Marítimo de Palma esta historia.

«Los rumanos son personas proactivas, inquietas, nos gusta cambiar las cosas para bien y formar equipos. Somos parte de la gran familia europea, socios estratégicos con raíces comunes. Nuestros antepasados, y científicos como Emil Racoviță, descubrieron hace más de un siglo en Mallorca una nueva rama de la ciencia. Tenemos muchos más puntos de unión de los que imaginamos (culturales, gastronómicos, idiomaticos, económicos, académicos etc.). Debemos revelarlos, reforzarlos y soldarlos para que sean aún más sólidos.», dice el cónsul de Rumanía en Baleares.

Su país se ha convertido en los últimos años en un referente del sector tecnológico en Europa que cuenta ya con cerca de 2.000 empresas que emplean a más de 135.000 profesionales y sigue creciendo a un ritmo frenético. Es un puntal para su economía, junto con una incipiente industria turística (si la comparamos con la de Baleares). Su salto tecnológico explica en buena parte ese salto que a su vez están dando algunos de sus ciudadanos a las Islas. La posibilidad de teletrabajar les ha dado la oportunidad de empezar una nueva vida.

Roxana Cenusa Popescu y su esposo Malin Cenusa llegaron por primera vez a Mallorca en el año 2010 para pasar el verano y descubrir la Isla con la intención de migrar cuando Roxana finalizara sus estudios en Económicas y Marketing. Se mudaron definitivamente en 2011, una vez concluida su formación. «He trabajado un par de años como técnico informático en una empresa Webhosting de California (en remoto), luego un par de meses en una empresa de Canadá, también en remoto. Desde 2020 soy autónoma, tengo mis propios clientes y ofrezco servicios de webdesign, diseño multidisciplinario, estrategia y plan de MK, campañas Newsletter… Junto con mi marido, que también es técnico informático ofrezco adicional webhosting, registro dominios, soporte técnico relacionado con el webhosting, Emails…», explica. El suyo no es un caso único.

Iunia Dumitrascu, es consultora tecnológica en hoteles. Llegó a Mallorca en 2014 desde Madrid, donde ya trabajaba en el sector turístico. «Quería aprovechar las oportunidades existentes en Mallorca en este sector y desde entonces estoy aquí, sigo trabajando en el sector turístico. Actualmente presto servicios de consultoría tecnológica a hoteles», relata.

La tecnología está tan implantada en Rumanía que en el año 2023 su gobierno nombró a una Inteligencia Artificial como consejera.

Adelina Bolota, conoce bien el potencial de la IA. «Hace siete años, mi marido y yo tomamos la decisión de mudarnos a Mallorca. En ese momento, estaba embarazada de nuestro primer hijo y queríamos brindarle una vida llena de sol, buena comida y un entorno saludable para crecer feliz y sano. Hace dos años y medio nacieron nuestras gemelas, y eso nos hizo darnos cuenta de lo valioso que es el tiempo y lo rápido que pasa. Por eso, decidimos replantear nuestras prioridades y liberar un poco nuestras agendas para disfrutar más de nuestros niños y de esta hermosa isla», recuerda.

Ahí es donde entra la Inteligencia Artificial: «Creamos Ubex.Ai, una plataforma innovadora que permite crear flujos de trabajo automatizados utilizando múltiples modelos de lenguaje de inteligencia artificial. Una de sus funciones destacadas es ‘Flow’, que automatiza procesos complejos combinando distintos modelos de lenguaje. Además, la función ‘Widget’ permite integrar capacidades de IA directamente en una web, mejorando su funcionalidad y experiencia del usuario. Puedes diseñar aplicaciones personalizadas, como un bot de servicio al cliente o un asistente personal. Nuestra plataforma también desarrolla tutores impulsados por IA que se adaptan al ritmo del estudiante, para aquellos que quieran aprender».

La tecnología también trajo a Iulian Boia a Mallorca en agosto de 2023. Desde aquí trabaja para una financiera británica: Revolut Bank. «Me ofreció la oportunidad de mudarme a España, Portugal o Irlanda y elegí Mallorca», dice. «Adoro vivir aquí, la naturaleza es increíblemente bonita, hay una vibrante comunidad internacional, los residentes son muy amables y hay muchas oportunidades de practicar diferentes deportes y de probar diferentes cocinas», añade.

Para el cónsul Alexandru Lazas su comunidad puede construir, junto con los profesionales de Baleares, un puente entre el Parc Bit y Rumanía. «Podemos aportar mucho valor en el sector de software en Baleares y crear juntos un enclave de emprendimiento a nivel internacional», reflexiona. Habla además sobre la posibilidad de «trasladar el modelo de turismo de Baleares a Rumanía».

Gicu Dumitru, residente en Baleares desde 2006 conoce bien el sector turístico. Montó una empresa chárter de embarcaciones atraído por «el placer del mar, los yates y la pasión por interactuar con personas de todos los rincones del mundo». «Desde entonces hemos trabajado para hacer de nuestra base de alquiler un servicio premium para los clientes más exigentes y somos miembros honorarios de la Llave de Oro. Cubrimos más del 70 % de los hoteles de cinco estrellas como proveedores de lujo», señala.

El balance, casi una década después es más que bueno. «Somos de los pocos que ya no tenemos nada en Rumanía vendimos nuestras propiedades y compramos aquí, incluso mi padre vive en Santa Ponça y tengo a mi hijo casado con una mallorquina. Nosotros estamos en Son Caliu en Calvià», añade. Antes de llegar a Mallorca era policía militar.

Elisabeta Carmen Morosan nos atiende desde la feria turística de Miami. «Me mudé a Mallorca en abril del 2021 después de vivir seis años en Barcelona. Trabajo para TUI y aunque tenemos oficinas en Barcelona, con la pandemia tuve la oportunidad de comprar una casa en Mallorca y la empresa se restructuró en el mismo año con lo que tenía más sentido estar en Mallorca donde está la segunda oficina más grande de TUI después de la de Alemania. Mi pareja se crío en la isla y él me hablaba muy bien de Mallorca. Después de la pandemia queríamos más naturaleza y espacio y tuvimos la suerte de encontrarlos en Inca», recuerda.

Aunque en menor número que los sectores tecnológico y turístico, Baleares también ha importado talento constructivo y sanitario rumano.

La joven arquitecta Victoria Mogildea, estudió en Paris Arquitectura, Ingeneria y Diseño. En 2011 conoció a su pareja actual que llevaba años viviendo en la Isla. «Durante seis años estuve viajando entre París y Mallorca hasta que en 2017 me mude en Mallorca definitivamente. Estoy colegiada como arquitecto en Francia, Inglatera y Mallorca (2016) y tengo despacho propio», relata.

Albert Matei se dedica al mundo de la construcción. Vive en el Port de Pollença y está especializado en la construcción de casas pasivas. Lleva tres años en la Isla y quiere jubilarse en ella. «Mallorca es mi casa y ahora hemos conseguido los permisos para construir nuestro propio hogar pasivo en Santa Margaldida», explica.

Delia Saleno llegó a la Isla en 2006 donde trabaja como veterinaria y es un miembro activo de la patronal empresarial del sector veterinario local y nacional. Su esposo es el presidente actual de esta última.

Magdalena Roth aterrizó en Mallorca en la primavera de 2012. Es dermatóloga «Tenía un contrato de trabajo y muchas esperanzas. Desde entonces he sentido una conexión auténtica con la cultura local y con las vibraciones sociales y humanas de los mallorquines», exclama.

Alina Nistor es la única del grupo que vive en Ibiza, donde trabaja como asesora fiscal y contable. Desde principios de 2024 ha añadido a su vida profesional la traducción e interpretación jurada a mano. «Es una actividad que realizo con cariño en mi tiempo libre, porque me permite mantener vivo mi vínculo con mi lengua materna», dice. Como otros, llegó por primera vez a Baleares de vacaciones pero sus padres, que entonces ya se habían estalecido en Ibiza la confirmaron para mudarse y montar su vida en Ibiza. «Decidí quedarme, abrazando la idea de construir mi futuro junto a mi familia.», recuerda.