Tomeu Moyà

«Los veganos generan menos resistencia a los antibióticos que los carnívoros»

El investigador Tomeu Moyà advierte de que España es el país europeo que más antimicrobianos administra al ganado

Tomeu Moyà Canyelles, investigador del Grupo de Resistencia de las enfermedades bacterianas de Baleares

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La comunidad científica internacional ha advertido que las superbacterias serán la primer causa de muerte en el mundo en el año 2050 si no se consigue frenar su resistencia a los antibióticos tradicionales. Con el objetivo de parar esta amenaza Europa se ha comprometido a reducir en un 50 % el consumo de antimicrobianos el 2030, un objetivo que no todos los países abordan al mismo ritmo ni de la misma manera.

El Decreto 666/2023 restringe el uso de antibióticos en animales en todo el territorio esapañol y desde el pasado mes de enero el Gobierno obliga a los veterinarios a comunicar a través del sistema PRESVET la administración de este tipo de medicamentos a las mascotas que tratan en sus clínicas. Hasta ahora, este requisito solo se exigía para el tratamiento de animales de producción destinados al consumo humano.

El cambio normativo ha provocado movilizaciones en todo el País. Los veterinarios aseguran que el 10 % de los animales de compañía podrían acabar muriendo por no recibir el antibiótico que precisan al ritmo necesario. ¿Es esta una medida adecuada a la realidad actual?

El microbiólogo Tomeu Moyà Canyelles, investigador del Grupo de resistencia de las enfermedades bacterianas de Baleares considera que no es en los animales de compañía en los que hay que poner el foco. Su grupo ha identificado cómo la bacteria causante de la gonorrea interactúa a nivel molecular con los antibióticos comunes generando resistencia.

¿Es necesario limitar el uso de antibióticos en animales en España? ¿Vamos por buen camino?
— Aunque la afirmación se puede puntualizar a muchos niveles estoy a favor de la regulación. Con el panorama que tenemos es algo que se tiene que controlar. La categorización que se ha hecho de los antibióticos en distintos grupos me parece bien. Antes pasaba que cuando los humanos íbamos al médico, nos recetaban antibióticos que deberían estar reservados, muchas veces lo hacían simplemente porque eran de uso oral. Eso no ayudó en el panorama de la resistencia a los antibióticos.

Los veterinarios han salido a las calles por las restricciones de su uso en mascotas. ¿España se ha pasado de frenada?
— No soy legislador, pero personalmente me ha parecido un poco desproporcionado, porque si hablamos de números, en España estas prescripciones suponen el 1 % de todas, en comparación con los animales de granja. La aplicación burocrática que implica la normativa para las pequeñas clínicas sin recursos humanos para lidiar con ella, parece la típica aplicación genérica que hacen los burócratas sin tocar la calle. Ya ha habido al menos un caso de una perra que murió por sepsis en Galicia. Estoy en contra. Entiendo que es algo que se tiene que regular, pero la manera en que se ha hecho quizá no es la mejor y no se han tenido en cuenta los inconvenientes.

Los clínicos dicen que el 10 % de las mascotas podrían morir por la aplicación de esta norma...
— No sé hasta que punto esa cifra es correcta, pero como amante de los animales que tiene gatos, creo que repercutirá en que la gente, ya sea por la carga económica o por la complicación de encontrar un medicamento para su mascota en la farmacia, descuidará un poco la atención de sus animales de compañía. Seguimos con el IVA del 21 % en veterinaria.

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¿Qué ocurre con los animales de granja?
— En el caso de animales de producción sí que veo adecuada la restricción. Desde que se empezaron a aplicar con severidad estas políticas a partir del 2014, ha habido mucha reducción, pero España es el país europeo que más antibióticos administra a los animales destinados al consumo humano. Es algo que hay que regular y atar bien corto, porque de ahí viene el problema con el que nos encontramos. Está comprobadísimo que consumiendo productos cárnicos de animales que han tomado antibióticos, acabamos comiendo concentraciones bajas de antimicrobianos y eso favorece la resistencia. Los antibióticos se les administran con un doble propósito, de engorde y de protección. Ese es uno de los grandes problemas de resistencia a los microbianos que tenemos hoy en día.

¿Eso quiere decir que las personas carnívoras generan más resistencia a los antibióticos que las veganas?
— Hay más resistencia a antibióticos entre la gente que comemos carne. Estamos más expuestos a estos antibióticos, el resto estarán expuestos a otras cosas. Podríamos hablar de los transgénicos y de los pesticidas, pero sí, con una dieta vegana estarás menos expuesto al problema de la resistencia.

Su equipo busca nuevos compuestos que sean efectivos para la gonorrea que se ha hecho resistente a los antibióticos tradicionales. ¿Ha habido algún avance?
— Sí. La gepotidacina y la zoliflodacina son dos antibióticos que podrían ser un avance importante. Están en fase 3 de ensayos clínicos. Son de administración oral, como el tratamiento que había sido común hasta ahora. Antes con un antibiótico oral de una simple dosis la gonorrea se curaba. La mayoría de estos antibióticos que estamos probando vienen a restablecer esa situación. Lo hemos podido comprobar en nuestro laboratorio. Tenemos estos dos compuestos y hemos visto que son efectivos incluso en cepas aisladas que han sido resistentes al resto de compuestos.

Los científicos advierten del avance de la gonorrea. Además del desarrollo de nuevos medicamentos, están combinando compuestos ¿Queda algún medicamento efectivo?
— En primera línea estamos combinando un antibiótico oral, la yazitromicina, que tiene tasas de resistencia en España y en la Unión Europea de hasta el 80 % de casos resistentes, con la ceftriaxona que es intravenosa y también de una sola dosis, combinadolos con la azitromicina oral, pero ya hay múltiples aislados resistentes a todos estos tratamientos conocidos.

¿Los nuevos antibióticos podrían volver a crear resistencias?
— Los nuevos nos aportan una garantía, pero si no los ponemos en el contexto de políticas de administración de antibióticos, llegaremos a tener resistencia también a estos compuestos. Nosotros trabajamos con un par de candidatos muy efectivos y con combinaciones de estos dos nuevos con otros antiguos, se hubieran usado o no previamente contra la gonorrea. Cuando sospechas de un caso resistente, un tratamiento combinado asegura dos cosas, que sea más efectivo (porque puede haber una sinergia que potencia el efecto) y que disminuyes las posibilidades de generar resistencias.

¿Hay algún caso documentado de gonorrea en Baleares resistente a todos los antibióticos?
— De momento no tenemos ningún caso documentado de resistencia total, sí que tenemos aislados de resistentes a uno u otro de los tratamientos de primera línea, pero no a los dos que quedaban. En Francia y en Barcelona sí se han documentado casos. Aquí cada vez vemos más resistencia. Se observa la misma tendencia que a nivel nacional. El nivel al que crece la cantidad de asilados resistentes de hecho es mayor en Baleraes que la media estatal. No hablamos de número de casos sino de la tasa de aumento de resistencia.

¿Por qué ocurre eso?
— Tenemos una presión turística que da tantos problemas en Baleares… Este es uno de ellos. Tenemos Magaluf y alguno de los balnearios del Arenal con una concentración masiva de turismo, fiesta desmadre y sexo sin protección. El número de infecciones aumenta cada año y cuantas más infecciones se produzcan más posibilidades hay de que aparezca resistencia.El aumento de resistencia a la azitromicina es muy elevado comparándolo con la media nacional. Cada año estamos en el top 4 de comunidades autónomas con más casos de gonorrea y clamidia. Por eso es tan necesario hacer hincapié en la prevención. Vamos a los institutos a hacer concienciación, porque esto cada vez empieza más pronto y el problema es que como hay casos asintomáticos es difícil de tratar y en un grupo de jóvenes es fácil que se descontrole. No tienen síntomas hasta que empiezan a tenerlos…

Dice que los jóvenes debutan cada vez más temprano. ¿De qué edad hablamos?
— Hay casos de 13 o 14 años y es algo que ocurre a nivel nacional.