Pere Cerón
Pere Cerón

Periodista

Oscar Wilde, la Fiesta del Trabajo y las cosas que hacer

Hostelería y escoletas pusieron la banda sonora de la marcha

La marcha acabó con una torrada popular en el Parc de la Mar | Foto: miquel angel canellas serra

TW
0

Que el trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer lo dijo Oscar Wilde y lo demuestra el hecho de que el Día Internacional de los trabajadores sea festivo en la mayoría de países. Emplearse va más allá de la nómina y caminar, agitar pancartas, lucir camisetas con mensaje, reivindicar a voz en grito una vivienda asequible con mejores sueldos y mas tiempo para gastarlos, socializar con el vecino de comitiva, cantar, comer, beber e incluso bailar bajo el tibio sol de mayo, son, sin duda, actividades tan dignas de acaparar agendas como conectarse a un briefing telemático o encofrar en la obra. Y, además, suponen una mayor productividad para el espíritu. A ello se han entregado en este Primero de Mayo en Palma algo más de un millar de personas (siempre son el doble según los organizadores) de edad diversa y variada condición.

Con 20 años cumplidos, o sea, al menos dos décadas por debajo de la edad media de los manifestantes, Júlia, estudiante de relaciones laborales, lo tiene claro: «estoy aquí porque los derechos de los trabajadores hay que lucharlos juntos. Si países como Francia o Portugal tienen la jornada de 35 horas, también la podemos tener aquí» A su lado, Carla, 35 años y camarera de piso, asiente: «Vivo en carne propia todas las reivindicaciones de los sindicatos. Me parece una barbaridad y un retraso que los empresarios de hostelería propongan tan solo un 8,5 % de subida salarial. Un país progresa cuando se reparte la riqueza entre todos, no solo entre unos cuantos».

La banda sonora de la marcha, tambores aparte, la han puesto el personal hostelero y las empleadas de las escoletas externalizadas del Ajuntament de Palma, que suman ya tres jornadas de huelga para que les equiparen el sueldo con los centros de gestión directa. Se han oído gritos de «¡Explotadores!» dirigidos a los empresarios hosteleros y un revelador «Si no se arregla guerra, guerra, guerra». Las camisetas negras 0-3 han pedido la dimisión del alcalde Jaime Martínez entre canticos de una Bella Ciao adaptada para la ocasión.

Tras la catarsis reivindicativa de «la fiesta pagana por excelencia» (gracias, Pedro Homar), volvemos a la verdad sin remedio de los días laborables. Salvo los que tienen cosas que hacer durante el puente.