Pedro Cuesta Escudero

«Fernando el Católico difundió la mentira de que Colón era italiano»

La Fundación Cristóbal Colón de Mallorca invita al historiador Pedro Cuesta Escudero para hablar en la UIB sobre el documento que confirmaría la mallorquinidad del descubridor

El historiador Pedro Cuesta Escudero en una imagen reciente

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La duda sobre el tan debatido origen mallorquín de Cristóbal Colón suscita tal interés que los historiadores y aficionados convencidos de esta procedencia no cejan en su defensa. Es el caso del doctor en Historia Moderno y Contemporánea por la Universitat de Barcelona, Pedro Cuesta Escudero (Albacete, 1941), que el lunes a las 18 horas imparte una charla en el edificio Ramon Llull de la Universitat de les Illes Balears (UIB) sobre el documento Borromeo, la confesión que supuestamente confirma este hecho discutido.

¿Por qué este furor?
—Se ha intensificado tras el documental Colón ADN. Su verdadero origen, pero la importancia es clara porque saber su procedencia real es un evento histórico de gran magnitud.

«Sin documentos históricos, el origen de Colón se reduce a fabulaciones», dijo hace unos meses en la UIB Miguel Botella, el antropólogo forense que identificó los restos del explorador. ¿Por qué el de Juan de Borromeo sería el definitivo?
—Pedro Mártir de Anglería fue el cronista del rey Fernando II de Aragón, el Católico, y es el mayor historiador sobre el descubridor. El monarca, al ver el éxito que tuvo su primer viaje, mandó decir a todos los escribas que Colón era italiano, de liguria, para evitar que se supiera que en realidad era hijo bastardo del príncipe de Viana. Creía que si eso se sabía, se podría haber producido una sublevación como la que hubo contra su padre. Colón, enredado con sus viajes de ultramar, no se enteró de la estratagema del rey. Fernando difundió la mentira de que era italiano. Otra prueba es que en los diarios de sesiones de las cortes y del Consell de Cent no se habla de los viajes de Colón, algo que en aquella época se explicaba en todos los reinos y universidades de Europa. Bajo la tutela de Fernando no se menciona este hecho tan importante, y eso hace pensar que el rey impidió que se divulgara en el ámbito catalán que Colón era hijo bastardo del príncipe de Viana.

Y ahí entra en escena la confesión de Borromeo.
—Pedro Mártir de Anglería confesó la mentira al conde Juan de Borromeo, que no quiso formar parte de esa trampa y antes de morir dejó un escrito que sus descendientes metieron entre las tapas de un libro. En él se dice claramente que el cronista le contó que Colón se llamaba realmente Joan Colom y que era de Mallorca. Tuvo que ser forzosamente mallorquín porque en ese momento eran de allí los grandes cartógrafos y navegantes. Y ser hijo bastardo del príncipe le permitió acceder al rey para emprender sus viajes. Además, Colón no sabía italiano, y hay cartas que lo demuestran. Y encima sabemos que hablaba catalán, castellano, algo de portugués y que traducía el latín y el hebreo. El texto de Borromeo pasó desapercibido hasta que un documentalista lo encontró en el siglo XX comprando libros.

El director de la Biblioteca Universitaria de Barcelona explicó en el ‘ABC’ en 1931 que un afamado bibliógrafo y arqueólogo de Milán le envió ese documento. ¿Por qué fiarse de alguien que usó un pseudónimo?
—Manuel Rubio Borràs analizó el texto que le confió esa persona, que era amigo suyo, y confirmó que era original. Se tendría que haber falsificado en la época de Colón, porque la tinta usada era imposible de replicar en tiempos más recientes. Tras estudiarlo, lo devolvió a su amigo italiano y lo último que se sabe es que el norteamericano Richard Aramil compró el documento poco después. No se ha podido encontrar, y que yo sepa nadie ha tratado de encontrarlo. Aun así, nos quedan los estudios paleográficos y todo lo que dejó Borràs. Nos fiamos.

Pero sin documento sigue siendo motivo de discusión y la mayoría avalan la tesis italiana.
—El nombre de Colón se recuperó con la independencia de Estados Unidos, pero diciendo que era de Génova y en el imaginario    quedó que era italiano. Mussolini, cuando se habló de que era de Mallorca, mandó escribir ríos de tinta para ocultarlo. Cuando Franco ganó la guerra aceptó ese origen porque su mallorquinidad se asoció con la República y era aliado de Mussolini.