Romper el PI rompiendo con los hoteleros

El mundo parece girar al revés y ayer se volvió a ver una realidad casi distópica: los hoteleros, los señores de las chisteras, lanzando exabruptos contra un Govern del PP; los sindicatos, los del casco, entregados a la presidenta Prohens, hablando de día histórico por la subida de sueldos y criticando a Armengol. En ese distopía, hasta Estados Unidos empieza a percibirse como una amenaza más real que Corea del Norte o Rusia y el Govern reúne a sindicatos y empresarios por miedo a Donald Trump.

Pero en medio de ese cambio de papeles en un mundo líquido, algunas cosas permanecen inmutables en el PP. El partido ha sacado de nuevo el gen cañellista, aquel que intentó enterrar José Ramón Bauzá. La legalización de viviendas en suelo rústico es puro cañellismo urbanístico, pero ahora llega el cañellismo del alquiler turístico. Prohens entra de lleno en territorio PI, como hizo Gabriel Cañellas en su día con UM, pero lo hace con sutileza porque no busca acabar con este partido sino hacerse con sus votos, 16.927 en 2023, 90.000 posibles con esas viviendas turísticas afloradas.

Prohens rompe el PI rompiendo con los hoteleros. Ahí se difumina el gen cañellista, porque en aquella época se decía que era Gabriel Cañellas quien elegía al conseller de Turisme, pero eran los hoteleros quienes lo proponían. La presidenta conquista territorio y lo de los hoteleros ya se arreglará. A fin de cuentas, ¿alguien imagina a los de las chisteras votando la lista del PSIB, no digamos la de Podemos?