DENUNCIA

La queja de un paciente de Son Espases: «Métete en la cama ya y no molestes o llamo a seguridad»

Lorenzo Frau, un usuario de Puigpunyent, registra ante el servicio de atención al usuario una reclamación por las formas de un profesional que «se negó a identificarse»

Lorenzo Frau muestra la queja presentada ante el servicio de atención al usuario. | F.F.

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Una severa deshidratación acabó días atrás con Lorenzo Frau, un jubilado de 64 años residente en Puigpunyent, compareciendo en Urgencias de Son Espases para evaluar el estado de un paciente con antecedentes oncológicos que, por fortuna ha logrado superar. Con lo que no contaba es con las malas formas de uno de los empleados del hospital de referencia, lo que le llevó a presentar ante el servicio de atención al usuario una queja formal y por escrito en la que deja claro que su denuncia no pretende señalar a todos los profesionales ni al colectivo de los sanitarios, pero sí a quien le complicó todavía más una mala noche.

Relata Frau que ingresó el pasado 7 de marzo, apuntando que se le asignó en Urgencias la habitación 110 de la planta primera. El momento crítico se produjo de madrugada. «Sobre las 3:30 horas tuve que ir al baño para intentar defecar. No pude estando casi una hora, salí mareado, pálido y con escalofríos», algo que comprobó su compañero de habitación, que se ofreció en todo momento para testificar en favor de Lorenzo.

«Él -su compañero- tuvo la iniciativa de llamar al timbre, vino un señor vestido de azul, me preguntó de manera totalmente improcedente... manifestando '¿a tí te parece que a estas horas? Métete en la cama ya y no molestes o llamo a seguridad'», refiere en su escrito este vecino de Puigpunyent. «A mi juicio no son formas humanas ni profesionales de hablar a una persona». Asegura que el profesional sanitario, «se negó a identificarse no llevaba identificación».

Tras ello, le enviaron a la búsqueda de un médico de urgencias a la planta -2, a la que Lorenzo se dirigió en solitario. Al llegar allí, le informan que está en pediatría y no había médico alguno, además de asegurar en su queja por escrito que observó la presencia de «Dos señores encima de una camilla... las guardias son guardias», añade.

Y apostilla redactando que «la salud es lo más importante, más la pública, que a mi juicio debe existit y nunca desparecer. Y que quede claro que mi postura es de gratitud a todo el colectivo de la sanidad, y que casos como estos son mínimos, pero perjudican a los que vocacionalmente realizan y hacen este trabajo por cualquier ser humano sin distinguir clase, raza o religión. Son personas», finaliza su escrito Lorenzo Frau, quien espera una respuesta por parte de la gerencia o del servicio de atención al usuario, pero por encima de todo, «que no vuelvan a producirse estas situaciones, porque si de algo podemos estar orgullosos es de nuestro sistema sanitario y de las personas que trabajan en él, aunque ocurran hechos aislados como el que he sufrido», concluye.