SALUD ANIMAL

Selva, la primera víctima del decreto que restringe la administración veterinaria de antibióticos

La perra falleció el jueves en Galicia y el cultivo bacteriano no ha llegado hasta este lunes

Selva, la perra de raza Jack Russell, fallecida el jueves 13 de febrero en Galicia.

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Selva, una perra de 9 años atendida en un hospital veterinario de Galicia tras ser mordida por un perro de raza potencialmente peligrosa, se ha convertido en la primera «víctima mortal documentada» del Real Decreto que restringe el uso veterinario de antibióticos.

Falleció el jueves por una sepsis, tras sufrir un empeoramiento. El cultivo microbiano que exige el Ministerio de Agricultura para administrar un antibiótico más potente, no ha llegado hasta este lunes 17 de febrero, días después de su muerte.

Samuel Fernández, gerente del grupo veterinario Adrisa, ha explicado el caso a Ultima Hora. «Necesitamos no solo que se movilicen los veterinarios contra esta norma, sino que lo hagan todos los tutores de animales», dice. El equipo médico de su clínica está «devastado». «Tenemos un sentimiento de frustración e impotencia. No queremos que Selva sea una noticia sensacionalista sino que lo que ha ocurrido abra los ojos a quien ha hecho la ley desde un despacho y está a tiempo de modificarla», añade.

Los veterinarios españoles llevan mes y medio avisando de que algo así podría ocurrir, también los facultativos de Baleares. «Estamos obligados a usar solo los antibióticos de la categoría más simple y solo cuando fracasa el primer antibiótico o cuando llega el cultivo, podemos ir subiendo. Esto implica que a veces nos vemos obligados a usar antibióticos que no son óptimos, sabiendo que fallarán, pero si no lo hacemos así ni tan siquiera sabemos con seguridad a qué tipo de sanciones podemos enfrentarnos», explica Andreu Oliver, presidente de la patronal de las clínicas veterinarias de Baleares.

Los especialistas explican que lo que ha ocurrido con Selva en Galicia, puede ocurrir cualquier día en las consultas veterinarias de las Islas.El Real decreto 666/2023 contempla sanciones de entre 60.000 y un millón de euros para los facultativos que incumplan el real decreto que regula la prescripción y comunicación de los tratamientos antimicrobianos en todas las consultas veterinarias de España.

Una foto de la perra que ha muerto por una sepsis, primera víctima documentada del decreto que restringe el uso de antibióticos.
Una foto de la perra que ha muerto por una sepsis, primera víctima documentada del decreto que restringe el uso de antibióticos.

El Colegio de Veterinarios de Baleares es partidario de la aprobación de una moratoria que exima del cumplimiento de la nueva normativa hasta que se mejore el sistema. Las clínicas veterinarias de las Islas van un paso más allá y exigen la derogación de la norma.

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El Ministerio admitió a finales de enero a través de un comunicado que las multas son «desproporcionadas» y aseguró estar trabajando para introducir algunas modificaciones en el texto. No obstante, a la espera de que eso ocurra, los veterinarios se encuentran «entre la espada y la pared».

«Lo que ha ocurrido con Selva ha causado en nuestro equipo una inestabilidad emocional y frustración. Nos deja el mal sabor de boca de saber que estamos entre la espada y la pared. De no ser por la norma se le hubiera dado otra combinación de antibióticos», lamenta el gerente del grupo gallego Adrisa.

Los clínicos de Baleares realizaron hace ahora justo una semana un paro simbólico de una hora en sus consultas en protesta por la orden ministerial. Piden la derogación del decreto ley que no solo restringe el uso de antibióticos. También prohíbe la venta de fármacos en los centros veterinarios y la atención de animales sin chip identificador. Esta última es una de las cuestiones sobre las que el Gobierno central ha anunciado «excepciones» que aún no se han aprobado formalmente.

Los facultativos avisan de que la no atención de los animales enfermos iría en contra del juramento que realizan, similar al juramento hipocrático que hacen los médicos.

La muerte de Selva, ha causado pesar en todo el sector. «Se produjo una sepsis y ya no tuvieron tiempo a seguir con el protocolo que se nos indica que debemos seguir, sin base científica. Hay que usar estos antibióticos con cabeza, pero en situaciones especiales o los usas, o el paciente puede incluso morir, como parece que ocurrió en este caso», lamenta el presidente de las Clínicas veterinarias de Baleares, Andreu Oliver.

En el caso de la perra Selva, el veterinario administró una combinación de antibióticos de los grupos A y B, los únicos que no requieren de un cultivo según la nueva normativa.

«La perra fue manejada con un protocolo que para nosotros es correcto, pero no sabemos si el antibiótico hizo lo que tenía que hacer. El cultivo ha llegado este lunes, días después de que muriera», ha explicado el gerente del grupo veterinario Adrisa, Samuel Fernández.