Durante las ponencias, también se ha abordado cómo ha evolucionado la acción social en el tercer sector en el último cuarto de siglo: «Ha evolucionado de la misma manera que la sociedad. Si miramos proyectos de hace 25 años, eran proyectos asistenciales, que se fijaban en alguna de las características que se pueden dar en la vulnerabilidad», ha dicho el subdirector general de la Fundació La Caixa, Marc Simón. Ahora, ha añadido, «nos fijamos más en la multiplicidad de vulnerabilidades que se concentran en una misma situación, haciendo que los proyectos sean mucho más integrales». En este sentido, ha apuntado que actualmente se incorporan muchos más elementos en la actuación, teniendo en cuenta «la salud, a autonomía personal o la soledad no deseada».
Del lado del tercer sector, han participado en el encuentro el presidente de la Xarxa per la Inclusió-EAPN Illes Balears, Xavier Torrens; Dolça Feliu, referente de enfoque comunitario de Cruz Roja España; Carmen Muñoz, responsable de colaboraciones público-privadas de la Fundació Amadip-Esment; y el director médico de los Hospitales Sant Joan de Déu de Palma e Inca, Nicolau Flaquer.
«Para las entidades contar con estas convocatorias ha supuesto tener un aliado fiel y comprometido con la mejoría de los cambios sociales», ha expuesto Torrens. «El hecho de que sean territoriales ha supuesto que los proyectos tengan un acceso y apoyo, maximizando el impacto».
«Muchas veces sabemos qué tenemos que hacer, pero no cómo hacerlo. Los proyectos de innovación nos permiten aprender y, a través del aprendizaje, escalar y transferir todo lo que funcionan bien para formar parte de una estrategia más global», ha señalado, Feliu. En el caso de Cruz Roja, se han destacado los programas experimentales para personas sin hogar, como los pisos compartidos dentro de los núcleos de población; un método conocido como housing. «En nuestro caso, hemos puesto en marcha diversos proyectos desde la autonomía personal, con jóvenes con necesidades de apoyo, hasta uno también de autonomía dentro del ocio socieducativo con personas del colectivo», ha explicado la responsable de Amadip-Esment, Carmen Muñoz.
En el caso de los hospitales de Sant Joan de Déu en Palma e Inca, las ayudas de la Fundació La Caixa han permitido la creación de un equipo de atención psicosocial «muy interesante», según ha explicado su director, Nicolau Flaquer. «El equipo busca acompañar a las personas en su fase final de vida y a sus familias», así como también «apoyar a los profesionales que atienden a estas personas en paliativos». «Llevamos 15 años con ellos y la verdad es que los resultados son espectaculares. Han conseguido dos cosas, por un lado, aliviar el sufrimiento de las personas y los trabajadores que dan apoyo, y, por otro, llevar a cabo una campaña de sensibilización sobre el tema del final de vida», ha detallado . El equipo ayuda a instituciones sanitarias, sociales y a asociaciones de usuarios: «Está tejiendo una red importante de ámbito de influencia».
Los datos
La financiación de la Fundació La Caixa han significado una inversión de 502 millones de euros a través de 214 convocatorias en los últimos 25 años a nivel nacional y el impulso de 23.518 iniciativas.
Del total, en Baleares se han desarrollado 495 proyectos de 206 entidades del tercer sector. Con ellos, se han atendido a más de 122.00 personas de 30 municipios. A nivel territorial, se ha contado con una aportación acumulada de más de 10,4 millones de euros.
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