SANIDAD

Son Llàtzer reduce a la mitad el tiempo de atención a pacientes con ictus

La revisión de los procesos ha permitido al hospital iniciar el tratamiento al afectado en media hora desde su entrada a urgencias

Los neurólogos Moisés Fernández, Joana M. Pizá y Toni Figuerola, la médico de urgencias, Cata Terrassa, el radiólogo Francisco Trucco y la supervisora de enfermería de urgencias, Aghate Gelabert, son parte del equipo de Son Llátzer que ha hecho posible ganar tiempo en la atención a pacientes con ictus.

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El Hospital Universitario Son Llàtzer está implementando cambios para mejorar los tiempos en la atención a las personas que sufren un ictus. Desde que el paciente entra por la puerta de urgencias del hospital y hasta que recibe el tratamiento, el tiempo se ha reducido en media hora, pasando de unos 60 minutos que suponía todo el proceso hace apenas dos meses a los 30 minutos actuales.

Son Llàtzer trabaja desde el pasado mes de diciembre, con ‘Angels’ una organización sin ánimo de lucro que colabora con hospitales de todo el mundo realizando auditorías sobre los protocolos establecidos en cada centro para optimizar la atención en estos casos.

El neurólogo del hospital, Antoni Figuerola, destaca que a pesar del corto tiempo transcurrido desde la implementación de estas mejoras, los resultados son muy positivos.

Figuerola detalla que la revisión de los procesos ha permitido que en estos momentos, desde que el paciente llega al hospital hasta que se somete al Tac pasen apenas 15 minutos y 30 hasta que se inicia el tratamiento. Son los tiempos recomendados por la última Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud.

El facultativo incide en que estas mejoras han sido posibles gracias a la «implicación y el esfuerzo» de todo el personal de neurología, urgencias, radiología, enfermería y laboratorio, que ha trabajado de manera coordinada para optimizar cada paso en la atención al ictus.

Desde el hospital destacan además, que el porcentaje de pacientes que reciben el tratamiento adecuado ha aumentado, tanto en los casos extrahospitalarios como en los intrahospitalarios. En este sentido, Figuerola señala que en Son Llàtzer llevan años trabajando y mejorando procesos para dar la mejor respuesta posible al código ictus.

Tiempo vital

«El tiempo es cerebro», señala Figuerola para dar el valor que merece esta actuación más ágil y efectiva por parte de los profesionales. Pero también para insistir a la población que se ponga en manos de profesionales ante los primeros síntomas, como pérdida de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo, desviación de la comisura de la boca, pérdida de la visión de un lado o dificultad para hablar y comprender.

Ante cualquiera de estos síntomas, los profesionales recomiendan llamar al 061, que está preparado para atender estos casos y trasladar al paciente al hospital. Si se avisa con tiempo para aplicar un tratamiento reperfusor (primeras 24 horas), se activa el código ictus, que permite poner en alerta no solo al 061 sino también a los servicios de urgencias del hospital, al neurólogo de guardia y todos los profesionales que participan en el proceso de diagnóstico y tratamiento. En el caso de un ictus isquémico, puede consistir en un tratamiento médico o fibrinolisis o bien en un tratamiento endovascular o trombectomía mecánica.

El dato

Son Llàtzer atiende más de 600 casos en dos años

El Hospital Son Llàtzer atendió en 2022 a 276 pacientes con ictus y en 2023, los ingresados por esta causa en el centro ascendieron a 334, un 21% más.

El ictus es hoy la primera causa de mortalidad entre mujeres y la tercera entre los hombres. Se estima además que una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida.