Biel Amengual Jaume, fisioterapeuta y docente de la Universitat de les Illes Balears (UIB) lleva algo más de un año tratando en su consulta en Santa Maria a diez supervivientes con «resultados esperanzadores». Todos ellos son pacientes que han sobrevivido al cáncer, terminaron su tratamiento oncológico hace cinco años sin sufrir recaídas y tienen al menos uno de los efectos secundarios en estudio: dolor, fatiga o insomnio.
Tras lanzar el pasado mes de diciembre un llamamiento público en busca de nuevos sujetos, en este momento hay 20 pacientes oncológicos en su programa. «Actualmente tenemos tres personas más que se incorporarán en otra tanda, pero seguimos buscando pacientes para que los resultados del estudio tengan suficiente relevancia científica, la intención es ampliar la muestra para tener entre 40 y 60», explica Amengual.
El tratamiento, gratuito para los voluntarios, consiste en 20 sesiones que se realizan durante dos meses en la consulta del fisioterapeuta en Santa Maria. La mitad de los sujetos reciben microcorrientes y el resto placebo.
Las microcorrientes NESA, cuyo uso en personas con dolor crónico, fatiga o problemas de vejiga está largamente estudiado, no son perceptibles para las personas. Modulan el sistema nervioso central. Este es el primer estudio específico sobre su uso en pacientes oncológicos. El investigador mide los cambios que se producen entre los supervivientes de cáncer que se someten al tratamiento.
Las personas que estén interesadas en formar parte del ensayo médico, pueden ponerse en contacto con Biel Amengual Jaume en el teléfono 971 078 667.
«Perder nunca perderemos, pero podemos ganar mucho». Marga Colom, presidenta de la asociación de mujeres con cáncer de mama, Feim Camí de Santa Maria, resume con esta frase por qué decidió participar en el estudio. Como el resto de sujetos a día de hoy no sabe si ha recibido el tratamiento o el placebo aunque dice notar una «notable mejoría».
El uso de microcorrientes en el tratamiento de enfermedades crónicas es relativamente frecuente en la sanidad privada y el año pasado comenzó a ofrecerse en la sanidad pública. A día de hoy el Hospital Comarcal de Inca es el único hospital público de Baleares que dispone de esta máquina en el área de rehabilitación.
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