El edificio afectado está en una vía perpendicular de la calle Sindicat. | Alejandro Sepúlveda

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Dos condenados por una estafa en la venta de un edificio completo en el Casc Antic de Palma. Dos empresarios intentaron hacerse con el inmueble que previamente había comprado por medio millón de euros un ciudadano alemán y usurparle cualquier derecho al mismo. Ambos acusados aceptaron penas por un delito de estafa. La Fiscalía retiró los cargos antes del juicio contra un tercer encausado, el dueño original del inmueble a través de una empresa. Los otros dos acusados hicieron una declaración antes de la vista en la que le eximían de cualquier responsabilidad en el delito.

La víctima compró en 2019 el inmueble, en la calle Hostals en el año 2019. Formalizó la operación ante notario pero, por un problema administrativo, no se inscribió en el Registro de la Propiedad. Ese mismo año, la sociedad que hizo la venta, Build4you S.L. fue vendida a uno de los acusados que ha admitido el fraude. El tres de marzo de 2020 llevaron a cabo una segunda venta del mismo edificio, cerrada en apenas 70.000 euros y esa operación sí fue inscrita en el registro de la propiedad. De esa manera, el edificio quedó bajo su control y lo estuvo hasta que se inició una investigación judicial en la que el magistrado instructor les prohibió disponer del inmueble de manera preventiva.

En el juicio, celebrado ayer en un juzgado de lo Penal de Palma, los dos autores materiales del fraude, el recomprador y el revendedor asumieron condenas de tres y seis meses de prisión. Ambos se benefician de una atenuante muy cualificada después de haber desembolsado 50.000 euros como reparación del daño a la víctima. La sentencia implica la nulidad del asiento en el Registro y que el ciudadano alemán recuperará el control del inmueble.

De una venta por medio millón a otra inscrita por 70.000 euros

En menos de un año, el mismo edificio de la calle Hostals fue vendido en dos ocasiones:la primera por medio millón de euros; la segunda, ahora considerada como un fraude, por 70.000. Esa segunda operación es la que ahora queda anulada. El comprador alemán no llegó a inscribir la operación porque carecía de NIE en aquel momento y, el estallido de la pandemia, retrasó todo trámite burocrático. Cuando solventó la situación, el edificio le había sido usurpado. Fue entonces cuando presentó una querella apoyada en la investigación llevada a cabo por Detectives Grupo Cabanach, que fue la que puso en primer lugar luz al fraude.