La Asamblea eclesial diocesana. | Emilio Queirolo

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«Navegamos juntos con esperanza», bajo este lema el Obispado de Mallorca ha dado a conocer este sábado su Plan diocesano Pastoral para los próximos años. Compuesto por siete puntos claves, y cinco acciones concretas cada uno, la Institución quiere modernizarse y adaptarse a los tiempos actuales. Entre las propuestas que recoge el escrito, destaca la ampliación de competencias y cargos de poder que recaerán en personas laicas y en las mujeres dentro de la Iglesia.

«Es el resultado de un análisis que hemos hecho de la Iglesia de Mallorca y de la sociedad mallorquina en los últimos tres años aproximadamente», ha explicado el Obispo de la Islas, Sebastià Taltavull. En la elaboración del mismo han participado más de 3.000 personas, entre ellos, un millar de jóvenes de los Colegios Diocesanos y más de 300 presos del centro penitenciario de Palma. En síntesis, se trata de siete objetivos operativos que permitan ofrecer "una Iglesia más abierta, que esté presente en los sitios donde hay más necesitados.

El primero de los puntos gira en torno a hacer llegar el primer anuncio y promover la vida en comunión, sobre todo, a través de la catequesis. El segundo hace referencia a la familia, la parroquia y la escuela, donde se incluye la elección de personas laicas para que asuman, junto a los curas, la responsabilidad de las parroquias, en cuanto a su gestión y organización. Otro de los puntos que llama la atención, es el de la Iglesia y su comunicación. En este sentido, se propone, por ejemplo, la creación de un equipo de producción, que genere contenido diario sobre la Diócesis para ser difundido por los canales de información, incluidas las redes sociales.

«Otro de los puntos aborda la presencia de los cristianos en el mundo de la cultura, la política, la economía y la ecología», ha señalado Taltavull. De nueva, entran en juego los laicos y laicas, a los que se les dará la responsabilidad dentro del área patrimonial; también se asegurará que cada comunidad parroquial tenga un consejo económico, entre otras acciones. «Otro aspecto, que se repite mucho en todas las aportaciones, es pedir una Iglesia samaritana, que atiende a los pobres, que son los predilectos de Jesús», ha dicho.

Aunque la Institución ya trabaja «intensamente» en este propósito, tiene como objetivo centrarse más aún en las necesidades actuales, es decir, en la crisis habitacional y la migratoria. Asimismo, también se llevarán a cabo iniciativas relacionadas con las necesidades de salud de los enfermos: «Queremos que se les atienda con mucha intensidad, yendo a sus casas a través del voluntariado, y atender los últimos momentos de la vida, ya que muchas personas viven con una gran soledad. Hay que dar una respuesta a esta soledad, sobre todo de las personas mayores, pero también de los jóvenes».

Sobre el final de la vida, ha explicado que se potenciará la celebración de funerales, ya que muchas familias desisten de hacerlos: «No se puede negar el último adiós para confiar a la persona en las manos de Dios». Por último, el plan se centrará en la vocación de los jóvenes en todos aspectos, en especial en el matrimonial: «Hace mucha falta empujar hacia que la gente conozca el sentido cristiano del matrimonio», ha lamentado Taltabull. Por ello, se ayudará a crear un clima favorable dentro de cada familia para desde la infancia hasta la adultez se eduque a vivir la vocación cristiana en cada una de las etapas vitales.