Imagen de un satélite. | R.L.

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«Es una ‘guerra espacial’ entre Estados Unidos y China». Así define Salvador Sánchez, del Observatorio de Mallorca, una problemática desconocida por muchos y que es una realidad: la basura espacial. Este término se refiere a cualquier objeto artificial que ya no tiene utilidad y se encuentra orbitando la Tierra o en el espacio. Este fenómeno es un problema creciente debido al aumento de lanzamientos espaciales y la acumulación de satélites y partes de entes que han quedado fuera de servicio.

«En el espacio hay tres órbitas comerciales y de interés militar: LEO (órbita baja), MEO (órbita circular intermedia) y la GEO (órbita geoestacionaria). Y allí arriba hay una guerra que muchos desconocen entre dos grandes potencias. China y Estados Unidos. Ambas lanzan diferentes vehículos espaciales, sobre todo en LEO (a partir de los 160 km de altura) para ocupar posiciones en la órbita en la que tienen diferente interés», explica Salvador. Estos satélites lanzados con el tiempo van bajando y se queman, convirtiéndose en basura espacial.

Los puntos morados representan la cantidad de basura espacial que orbita en la Tierra. Imagen cedida por la Fundació Institut d'Astronomia i Astronàutica de Mallorca

Un problema que se ha ido agravando con la afluencia en la que se han ido lanzando los objetos en los últimos tiempos. «Los americanos desconfían mucho de China, que está secundado por Rusia. Los chinos realizan mensualmente unos ocho lanzamientos de satélites que son de interés militar, lo que produce una especie de guerra fría entre ambos países. Se creen que el espacio es suyo y hacen lo que les da la gana».

Así ha evolucionado el número de objetos en órbita. Gráfico cedido por la Fundació Institut d'Astronomia i Astronàutica de Mallorca
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El NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial) tiene catalogados unos 16 millones de objetos definidos como chatarra espacial, lo que dificulta la labor de los astrónomos. «Nosotros necesitamos que el cielo esté limpio para poder hacer observaciones y la realidad es que está muy sucio. Es un problema de carácter mundial que nos afecta a todos los profesionales. En Mallorca tenemos que desechar entre un 30 y un 40% de las imágenes que captamos por culpa de la basura que hay en el espacio», indica Salvador.

Cohete reutilizable Falcon 9, de la empresa SpaceX. Imagen cedida por la Fundació Institut d'Astronomia i Astronàutica de Mallorca

«Es un problema de seguridad que perjudica al medio ambiente espacial y que se debe concienciar sobre ello». Una de las claves está en los vehículos que se lanzan al espacio. «Estados Unidos envía los Boeing X-37 y China también tiene un cohete similar. Se trata de naves espaciales no tripuladas. La NASA cree que el objetivo de China es llegar a la Luna, de ahí su desconfianza», indica.

Salvador recuerda el caso de los satélites de Elon Musk, que forman parte de Starlink. Estos objetos tienen el objetivo de «proporcionar internet en cualquier rincón del planeta. Para el 2025, Starlink tiene en mente que haya en órbita unos 15.000 satélites, lo que sin duda contribuye a la problemática de la chatarra espacial. Sin embargo, Musk ha sabido encontrar una posible solución, ya que reutiliza los satélites lanzados. Igual eso podría servir para limpiar el espacio de estos objetos inutilizados», asegura.