Gabriel Escarrer. | Jaume Morey

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El consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, ha recordado la trayectoria del fundador de la compañía, fallecido el 26 de noviembre: «La historia de mi padre es un viaje marcado por la pasión por el turismo, las ilusiones, la superación, el trabajar duro y, también, por la familia».

Según su hijo, el fundador de la hotelera deja como legado «una manera única de ver el turismo y una pasión por la hospitalidad, que consiguió contagiar a todo aquel que lo conoció, y que sin duda alguna ha marcado la evolución de nuestra industria», ha publicado en su perfil de la red social Linkedin, días después del fallecimiento de su padre a los 89 años.

En un artículo que recuerda la trayectoria de Gabriel Escarrer Juliá, su hijo relata que comenzó como hotelero con solo 21 años, abriendo su primer hotel en Palma, el Altair, con 35 habitaciones, y que tres años más tarde ya contaba con cuatro establecimientos y alcanzaba las 450 habitaciones. Desde que en el barrio lo llamaban «el extranjerito», por su pelo rubio y su soltura con los idiomas, soñó con ser hotelero, rememora Escarrer Jaume.

A modo de homenaje a su «gran legado», el consejero delegado de Meliá dedica el artículo de Linkedin a citar las múltiples publicaciones que han honrado «la historia y trayectoria del gran visionario del turismo que fue Gabriel Escarrer Juliá». «Esa combinación entre la practicidad y el conocimiento que fue acumulando sobre el sector hotelero le llevó también a ser pionero e incluso innovador, en el servicio que ofrecía en sus hoteles», señala y le recuerda como pionero en introducir el bufé libre en hoteles vacacionales en España. Su afán de «siempre ir más allá» llevó su empresa a nuevos destinos, en la actualidad más de 40 países, empezando por el desembarco en Bali en 1985. «En Bali, mi padre terminó de entender la importancia de integrar el negocio en el destino, con respeto por su cultura y sus comunidades, con anécdotas como la necesidad de contratar un 'rainstopper' o hechicero que alejaba la lluvia en plantilla, para poder acoger eventos en sus hoteles», relata.

La integración de la cultura y filosofía local sería un pilar en el que Meliá cimienta su visión de turismo responsable, destaca el hotelero. En los 90 desembarcó en República Dominicana, dando paso a una expansión por el Caribe, donde mostró su faceta como «arquitecto frustrado», y desarrolló la idea de que «el verdadero lujo es el espacio». En las décadas posteriores continuaría «conquistando» destinos en el Caribe, Latinoamérica, Asia y las capitales europeas. «Con la hospitalidad española como bandera, mi padre siempre defendió que el turismo debía de plantearse con responsabilidad, ya que lo consideraba una 'herramienta fundamental para la paz y el bienestar social y económico', y al mismo tiempo, supo siempre poner al cliente 'en el centro' de todo», añade. Su hijo subraya que Gabriel Escarrer Juliá conformó una visión única del turismo que ha sido inspiración para el sector: «Junto a su innato genio y visión, la tenacidad y la constancia han sido cualidades fundamentales en su vida y, por tanto, en la historia de cómo Meliá ha llegado a ser lo que conocemos hoy».

A Gabriel Escarrer Juliá se le define como «visionario, vanguardista y transformador», como un hombre que ha inspirado a muchos y continuará haciéndolo. «Muchas gracias por todo lo que nos has dado y por todo lo que nos has enseñado», concluye su sucesor al frente de la compañía.