Imagen de una celebración navideña. | J. MORA

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Llega la Navidad y con ella las comidas y cenas familiares y de empresa. Un período que el sector de restauración espera como agua de mayo en diciembre, sobre todo tras un verano que, en opinión mayoritaria de los restauradores, ha estado por debajo de lo esperado pese al aumento de visitantes. Y es que las comidas y cenas de Navidad pueden acabar arreglando el 2024 para el sector, ya que suponen hasta un 15 % de la facturación total de todo el año.

De momento, las perspectivas son buenas. El presidente de Pimem Restauración, César Amable, asegura que las reservas van a buen ritmo y los datos que manejan los empresarios es que la ocupación puede ser similar a la de 2023, año en el que las reservas aumentaron un 10% respecto a 2022, con precios de menús que iban de los 35 a los 60 euros, hasta un 5 % por encima del año anterior.

Este año también han aumentado ligeramente los precios de los menús «debido al incremento de costes de materia prima y de personal», asegura Tomeu Mas, gerente de CAEB Restauración, que prevé un aumento de reservas durante la campaña de Navidad en torno al 3 % respecto del año pasado. No obstante, Mas matiza que el incremento «será de facturación, pero no de beneficios». Y es que, como adelantó en este diario el presidente de CAEB Restauración, Juanmi Ferrer, los beneficios de los restauradores se mueven este año entre el 8 y el 12 %, cuando en épocas de bonanza han llegado a ser de hasta el 20 %. Como viene siendo habitual en los últimos años, las reservas de las comidas y cenas de Navidad se hacen cada vez con mas antelación y se reparten entre noviembre, diciembre y enero. En cuanto a las preferencias de los usuarios, la comida con tardeo en restaurantes próximos a zonas de locales de copas está ganándole terreno a la tradicional cena.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido de algunas prácticas «cuestionables» que ha detectado al hacer la reserva en las comidas y cenas de Navidad, como por ejemplo obligar a contratar un menú, cobrar un plus por la reserva o retrasar la devolución de la reserva a una contratación posterior.

La OCU recuerda, además, que no se puede cobrar por el cubierto, por el servicio de mesa o por el agua del grifo. Y que la factura de compra debe detallar cada uno de los productos consumidos.
El restaurante debe ofrecer una carta física del menú, además del código QR y avisar del precio de un producto fuera de carta. No puede rechazar el pago en efectivo, pero sí con tarjeta si se advierte antes de consumir.