Imagen del hotel en el que fueron alojados los pasajeros.

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«Nos engañaron y nos han dejado tirados en Santiago de Compostela sin saber cómo volver». Es la queja de un mallorquín que este sábado viajaba en uno de los vuelos que no lograron aterrizar en el aeropuerto de Palma debido a las fuertes rachas de viento que azotaban a la Isla. Antonio Comas viajaba en el vuelo de Ryanair que salió minutos antes de la siete de la tarde de Santiago de Compostela con destino a Palma, y que, tras un primer intento de alcanzar la pista de aterrizaje de Son Sant Joan, se desvió a Valencia. «Fueron minutos complicados. La gente estaba histérica, dentro del avión lo pasamos muy muy mal», recuerda ahora también indignado porque el viaje finalmente concluyó de vuelta a Santiago, «desatendidos»: «Nos han tratado fatal y estamos aquí buscándonos la vida para volver a casa». La mayoría reclamará a la compañía.

Varios pasajeros del mismo vuelo han contactado con este periódico para denunciar la situación que han vivido tras un vuelo complicado: «Pasamos mucho miedo, los niños tenían cara de pánico. El comandante decidió que nos íbamos a Valencia y tranquilizó a los pasajeros. Estando allí nos dijo que volvería a hacer un segundo intento siempre sin ponernos en peligro. Pero la mitad del pasaje no aceptó y se bajó del avión por miedo. El resto, la mitad, volvimos a despegar, pero terminamos otra vez en Santiago. Creemos que no hubo intención de traernos a Palma en ningún momento. Al llegar a Santiago sentimos que se había reído de nosotros. Allí no había casi nadie, no nos dieron ni agua, ni para las personas mayores, que había gente con diabetes. Y llegábamos a las cuatro de la madrugada a un hotel. No nos han dado ni desayuno y ahora nos tenemos que buscar la vida para volver, pagando todo nosotros», lamenta Comas, que había pasado el fin de semana en Galicia para asistir al partido del Real Mallorca en Vigo.

Este afectado llegará a Mallorca veinticuatro horas después de lo que tenía previsto. «Volver este domingo nos costaba 300 euros. Pasaremos la noche aquí para volver el lunes con otra compañía». Josep Montserrat también volverá el lunes. «No nos han pagado nada, hemos encontrado un vuelo de vuelta más barato con Vueling, pero ya hemos faltado a trabajar». Este mallorquín se queja también del trato recibido, de la falta de atención en una situación así y asegura que reclamará a la compañía.

Cada uno de los viajeros se ha movilizado este domingo para buscar alternativas de viaje. Algunas personas han recurrido al AVE hasta Lugo para tratar de salir desde allí, otros a Madrid. «Hay personas mayores que se han vuelto al aeropuerto, pagándose los traslados desde el hotel en el que estamos, para ver si encuentran un vuelo porque no saben qué tienen que hacer. También hay muchos niños y la situación para ellos es de mucho desgaste. Uno que viajaba en el avión cumplía años. Seis añitos. Al final para tranquilizarle también acabamos cantándole cumpleaños feliz. La situación ha sido tremenda», comparten los pasajeros, entre los que se encuentra Nekane Otero.

Esta pasajera también ha pasado la noche en un hotel de Santiago, sin saber cómo volver a casa. «No tenían ninguna intención de volver a Palma, y en Santiago ni nos esperaban. Hemos estado en el aeropuerto, que ha sido un caos, hasta que a las 01:20 de la madrugada nos han separado en distintos hoteles y luego, pues a buscarse la vida cada uno sin importarle a Ryanair las circunstancias».

Miedo

Esta afectada ha contado a Ultima Hora cómo fueron los minutos de intento de aterrizaje en Palma. «Pensábamos que se acababa todo ahí porque las turbulencias eran muy fuertes y el avión daba bandazos. Estábamos muy cerca de la pista. Así lo cuenta también Comas, quien asegura que no estarían a menos de 100 metros cuando tuvieron que abortar la operación. Un hombre se desmayó y, aunque he viajado mucho, nunca he vivido algo así», concluye.

Los pasajeros de este vuelo explican que la compañía les ha confirmado que les enviarán un correo electrónico para informarles sobre si pueden reclamar o cargar los gastos de vuelta. Algunos de ellos aseguran que no lo han recibido.