Jóvenes alemanes siguiendo la evolución de su selección de fútbol en Platja de Palma este verano. | Pere Bota

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El mercado alemán marcará el ritmo de una temporada baja que promete más actividad que nunca en Baleares. El Archipiélago encara un invierno turístico que exhibirá un dinamismo superior al de los últimos años y que deberá buena parte de ese crecimiento al auge de la demanda en Alemania, su principal mercado y también punta de lanza de la andanada turística invernal hacia las Islas, para la que las aerolíneas han previsto más de 10 millones de asientos.

De hecho, Baleares es la comunidad autónoma que registra un mayor crecimiento de las reservas aéreas alemanas en esta temporada de invierno: casi un 7 % más que el año pasado en aerolíneas IATA (no incluye compañías de bajo coste ni chárter), en contraste con las bajadas que muestran, por ejemplo, dos destinos a priori con más tirón invernal como Cataluña (-18 %) o Comunidad de Madrid (-4,6 %). Así lo indica el informe de tendencias de mercado para la temporada otoño/invierno de Turespaña, el cual confirma que «los alemanes vuelven a hacer vacaciones como tenían por acostumbrado» antes de la pandemia. La fidelidad a Baleares, en todo caso, ha hecho que esa recuperación fuera prácticamente completa hace ya dos años, mientras que en el resto de España ha tardado más en llegar.

Planta hotelera abierta

Eso hace que las expectativas de las Islas se mantengan al alza también de cara a la próxima temporada baja. De enero a septiembre llegaron 4,2 millones de alemanes al Archipiélago, un 8,5 % más que en el mismo periodo de 2023 (llegaron 4,6 millones al cabo de todo el año). Las previsiones perfilan un crecimiento similar para el tramo noviembre-marzo, que el año pasado ya marcó un récord histórico con 597.684 llegadas.

Además, el gasto de los alemanes es de los que más crecen: hasta un 17 % más que el año pasado, cuando el crecimiento medio de todos los mercados es del 11 %. A pesar de que la locomotora europea lleva años flirteando con la recesión económica, lo cierto es que eso no se está notando en las ganas de viajar de sus consumidores, en especial a Baleares. La asociación de turoperadores y agencias DRV prevé un aumento del volumen del negocio invernal de hasta el 4 %.

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El aumento de llegadas a las Islas se verá acompasado con un mayor funcionamiento de la actividad hotelera. La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María Frontera, confirmó el jueves que la planta hotelera abierta todo el año alcanzaría el 23 %, tres puntos más que el año pasado y más de diez respecto a hace una década. La oferta hotelera responde así al aumento de la conectividad. En todo caso, para consolidar ese avance en la estrategia de desestacionalización, reivindicó Frontera, es necesario también que acompañe también la oferta complementaria.

Con todo, todavía existe cierta incertidumbre en torno a un punto concreto: el impacto que puede tener en la conectividad de Alemania la fuga de Ryanair y otras aerolíneas de los aeropuertos alemanes a raíz de la tasa aérea impuesta por el Gobierno.

Fuga de Ryanair

Turespaña espera repercusiones tras el anuncio de la aerolínea irlandesa de reducir drásticamente su presencia en el país: a las capacidades ya eliminadas desde Berlín se han añadido las de Dortmund, Dresde y Leipzig; otras en Hamburgo y Bonn/Colonia se sumarán en breve. Balears pierde de esta manera frecuencias (igual que le sucede a Alicante) que se espera puedan ser suplidas por otras compañías. No será el caso de Easyjet ni de Eurowings: esta última ha anunciado que dejará de operar en 2025 más de mil vuelos desde Hamburgo con motivo de la «desproporcionada» subida de las tasas. La evolución de los conflictos en Oriente Medio y Ucrania también pueden condicionar una demanda que, de momento, sigue al alza para las Islas.

Las buenas previsiones que circulan sobre el mercado alemán contrastan con la incertidumbre en torno al cliente británico. Los viajeros de Reino Unido han experimentado una caída de dos dígitos en algunos meses de la temporada alta (cerca de un 4 % en el global anual), atemperada por su buen comportamiento a primeros de año, precisamente durante los meses de temporada baja. Tanto desde la Administración balear como desde el sector hotelero se prefiere leer este hecho en clave positiva, atribuyendo al mercado británico el comportamiento que se persigue para todo el turismo en general: adelgazar en verano y engordar en invierno. Sin embargo, Turespaña ya apunta algunas dudas sobre su evolución durante los próximos meses: los elevados precios de las Islas, que han encarecido sensiblemente su oferta en los últimos años, pueden motivar un desvío hacia destinos más económicos como Turquía o Grecia, advierte.