Imagen de la conferencia del profesor Juan Francisco Fuentes en el Cercle Financier. | Jaume Morey

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«No sé cómo terminará la guerra pero, sea cual sea el resultado provocará algún cambio político en Rusia». Juan Francisco Fuentes, Catedrático de Historia de la Universidad Complutense, repasó ayer en el Cercle Financier las claves ideológicas del nacionalismo ruso y trazó un hilo de una serie de constantes que explican el pensamiento y la política exterior del mayor país del mundo que unen a los zares, la Unión Soviética y el actual régimen de Putin. «Son una serie de atavismos que han pasado de un régimen a otro».

Recordó que, en Rusia, todos los grandes cambios políticos en los dos últimos siglos han seguido a derrotas militares. «Lo decía Lenin: la guerra es un poderoso acelerador de la historia» y, augura que ese será uno de los estereotipos que se cumplan en esta ocasión.

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«Hay una pregunta inevitable: ¿hasta qué punto Putin es la continuación o la negación del estalinismo?», planteó. En su conferencia, explicó que ese vínculo tiene que ver con el nacionalismo, en cómo fue un elemento ideológico que Stalin incorporó a la Unión Soviética a partir de los años 20 del siglo pasado y ese mismo elemento es empleado ahora por Putin. Puso como ejemplo los actos de celebración de la victoria soviética en la II Guerra Mundial que se repiten cada año en Moscú con el mismo esquema donde se plasma ese nacionalismo y que, año a año, no sufren alteración alguna. También estableció que «la política exterior rusa se mueve por interés, no por ideología». Se refirió ahí al uso de la retórica antifascista por parte de ambos regímenes: «Su uso frecuente del ‘no pasarán», en el caso del dirigente actual. Como contraste, mostró el periódico oficial soviético, el Pravda, que dejó de usar de forma drástica la palabra «fascista» en 1939, tras el pacto ruso-germánico para luego disparar su uso cuando se produjo en 1941 la invasión nazi. Afirma que su uso responde a una proclama propagandística de reafirmación nacionalista. Sin embargo, también trazó diferencias: «Si se afirma que es lo mismo, o no se entiende qué es el putinismo, o no se entiende bien qué era el estado soviético»

Plenitud

Fuentes repasó la biografía de Putin, su origen en Leningrado en una familia con víctimas por el asedio nazi y su paso por los servicios secretos soviéticos hasta llegar al poder y cómo, desde su prisma el estalinismo marca un momento de plenitud en la historia nacional de Rusia.

Recordó otro de los estereotipos sobre Rusia: su doble alma occidental y eslava. «En el caso de Putin se puede decir que representa la idea occidental de la Rusia contemporánea como una vía de reafirmación nacional. Representa esa pulsión antioccidental».