Fiesta de diecinueve barcos en la Colònia de Sant Jordi

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La costa mallorquina va camino de convertirse en una discoteca marítima pero ya hay voces del sector náutico que han puesto el grito en el cielo. «El mar no es el patio de tu casa, la gente se muere. Pero hay mucho descontrol». Así se contundente se mostró Josu Díaz, capitán de la marina mercante, que ha puesto en entredicho la labor de determinadas empresas que se dedican al alquiler de barcos para que luego sus tripulantes celebren fiestas. Su denuncia surge tras la jarana con música a todo volumen de diecinueve embarcaciones el pasado fin de semana ante las costas de la Colònia de Sant Jordi.

«Aunque el barco haya fondeado, está en navegación y la tripulación tiene que permanecer atenta. Pero en estas fiestas hay consumo de alcohol y drogas. Si se presenta allí una patrullera de la Guardia Civil y ve en esas condiciones al responsable de navegación, el palo para el patrón es grande. Si es un barco alquilado, la multa es para el armador y asciende a miles de euros», señaló.

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Díaz se mostró muy molesto con este tipo de comportamientos en el mar, que se están multiplicando en los últimos años. «Esto lo he visto en Mallorca. La gente se saca la titulación náutica por capricho, con exámenes de chichinabo, por lo que no entienden la normativa». El capitán señaló que se ha convertido en una moda «pero no tienen ni idea de normativa marítima».

Y de ahí el peligro en el mar. «Es un tema de seguridad marítima. El Mediterráneo es un sistema peligroso y el artículo 5 del Reglamento Internacional de Prevención de los Accidentes en el Mar (RIPA) advierte que un buque debe mantener la adecuada vigilancia visual y acústica», dijo Díaz. Con los decibelios desatados por la fiesta náutica, no está garantizada la seguridad: «Las embarcaciones de toda la zona no pueden mantener la vigilancia acústica por la música y esa es una infracción muy grave».

El capitán de la marina mercante lamentó que «hay tanto descontrol que se insultan entre los barcos. Esto ha ido a peor, cada vez hay más embarcaciones». Y pese a la fama de tranquilo, el mar Mediterráneo «es muy traidor. La gente se saca la titulación de patrón de barco de recreo pero no tienen ni idea de normativa marítima». Además, lamenta el poco respecto de estas embarcaciones en el cuidado de la posidonia, «es que clama al cielo». Y apeló a la Capitanía Marítima para incrementar la vigilancia.