Imagen de la 'fiesta flotante' en la Colònia de Sant Jordi.

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El Consell anuncia mano dura contra las discotecas flotantes frente a los puertos de Mallorca en este inicio de la temporada de verano, ante la proliferación de denuncias registradas el pasado fin semana. El conseller insular de Turisme, Andreu Serra, pidió este martes la máxima colaboración de los ayuntamientos, tras contar con el apoyo del Govern.

«Tenemos preparados todos los operativos para actuar, en colaboración con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil, con la que estamos en contacto para poner todos los medios necesarios cuando se produzcan denuncias. Al mismo tiempo, activaremos todos los mecanismos para incoar expedientes sancionadores», apuntó Serra. El Consell es consciente de que este inicio de temporada «está siendo más complicado de lo previsto, ya que se comprueba que hay más irregularidades que en años precedentes».

En este punto, el conseller insular Serra añade: «El trabajo es conjunto con todas las administraciones, así como con la Guardia Civil, a la que agradecemos que ponga sus medios, caso de las lanchas para realizar los controles a las embarcaciones que incumplen la normativa de turismo de excesos». El presidente de la Asociación Balear de Ocio y Entretenimiento (Abone), Miguel Pérez Marsá, puntualizó este martes: «Los ayuntamientos deben ser más duros con este tipo de actuaciones, pese a que no tengan competencias en el mar. Vemos que no hay voluntad política para atajar de raíz este fenómeno, tanto en lo que se refiere a las fiestas non stop y con las discotecas en alta mar».

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Pérez Marsá añadió que el sentir general en su asociación es que «tiene que pasar algo para que la Administración actúe, cuando ahora estamos en el momento adecuado para controlar todo tipo de actuaciones ilegales, que encima generan una competencia desleal a las empresas de ocio nocturno que cumplen con toda la normativa, generan empleo y pagan los impuestos correspondientes».

La patronal Abone, pese a la colaboración intensa que mantiene con el Consell, «pide más amplitud de miras a las administraciones de Mallorca y resto de islas, ya que los problemas de turismo de exceso no se concentran solo en Platja de Palma y Magaluf, sino en más lugares como se ha podido comprobar este fin de semana en alta mar frente a la Colònia de Sant Jordi». Asociaciones hoteleras de la Isla también piden al Govern y Consell que erradiquen estas prácticas de ocio ilegales «porque los ruidos molestan tanto a los residentes como a los turistas que se alojan en los hoteles».

Pérez Marsá, al respecto, apuntó que en caso de que no se actúe con contundencia «se producirá un efecto llamada para que se realicen este tipo de encuentros de embarcaciones para realizar conciertos». Abone tiene contabilizadas 35 denuncias en Palma contra 17 establecimientos por su alta actividad «y todavía estamos a la espera de que Cort actúe». También ha interpuesto denuncias en Campos, Llucmajor, Santa Margarita y Son Servera por el mismo motivo, de las cuales «tampoco sabemos nada». Por el contrario, alaba la rapidez del Consell.

Punto de vista
Germà Ventayol

Una declaración de intenciones

Germà Ventayol

Tengo serias dudas de que las intenciones del conseller insular de Turisme, Andreu Serra, se hagan realidad; la indolencia institucional con respecto a determinados excesos ya es crónica en Mallorca. Lo de las party boats no es nuevo, como tampoco lo es el chungachunga de determinados establecimientos para suplicio de vecinos durante horas, días y meses. Las broncas nocturnas y la venta de alcohol, otro clásico. Insisto, el problema no son los turistas es lo que se consiente en su nombre.