Participan en este posgrado internacional que se celebra en Palma sanitarios de todo el mundo, de la sanidad española, del 061 y policías y un bombero. | Pilar Pellicer

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Son las 21.50 horas y se acaba de producir un atentado en un resort ficticio. El simulacro se desarrolla en el edificio de Sa Riera, en Palma, y hay un total de 400 heridos. Son heridos en forma de imanes pero los datos de cada figura se corresponden con las lesiones reales de las 400 víctimas del atentado terrorista en Atocha (Madrid) de 2004.

El de este jueves fue el primer simulacro que realizaron los 65 sanitarios que participan en el Curso Internacional de Postgrado en Respuesta Médica a Incidentes Mayores (MRMI), que se celebra estos días en Mallorca. El curso está organizado por la Sociedad Europea de Cirugía de Politrauma y Cirugía de Urgencias (ESTES), en colaboración con el SAMU-061, el Hospital de Inca y la UIB. De hecho, solo se imparte en Mallorca y España es uno de los pocos países del mundo que disponen de esta formación.

El jefe de Cirugía del Hospital de Inca, el doctor Carlo Brugiotti, es uno de los impulsores y de los pocos instructores a nivel internacional. Tan solo seis se dedican en España a formar sanitarios y todos participan en esta segunda edición –la primera se realizó en 2019. Implica a médicos, enfermeros, personal del 061, policías y un bombero. La mitad de alumnos provienen de países como Australia, Canadá, Italia o Suecia, y los otros participantes son de Mallorca y de la Península.

En los dos primeros días aprenden la teoría. Este jueves y este viernes, la llevan a la práctica en simulacros de dos atentados terroristas, uno de noche y otro de día. «El objetivo es que los profesionales rescaten al mayor número de heridos, porque una catástrofe así, o natural como los terremotos de Turquía y Siria, puede producirse en cualquier momento y les enseñamos a cómo tienen que actuar», explica el doctor Brugiotti.

Simulacros

El tiempo corre y lo más importante es salvar al mayor número de víctimas (imanes). La segunda planta de Sa Riera se convirtió en tres hospitales con sus correspondientes salas de mando. La otra sala era el resort donde el atentado dejó centenares de heridos.

La coordinación es clave, y para ello entran en acción, primero, los agentes y el bombero, quienes movilizarán, en minutos, a todo el equipo médico. «Aunque simulamos dos atentados terroristas, este curso prepara al personal para cualquier evento que cree un número muy alto de heridos y que supere la capacidad del sistema sanitario», menciona el doctor Carlo Brugiotti.

Simulacro de atentado terrorista
La coordinación es clave, y para ello entran en acción, primero, los agentes y el bombero, quienes movilizarán, en minutos, a todo el equipo médico.

En cada hospital ficticio, el equipo sanitario debe atender a los heridos que van llegando, valorar su gravedad y tomar decisiones para salvar a las personas. El curso, además, cuenta con una línea telefónica (real) con el 061.

El equipo de rescate es polivalente. Al ser un curso internacional, hablan entre ellos en inglés. Mientras, los instructores se pasean por los hospitales (las aulas) para seguir la evolución de los alumnos. Una vez acabado el primer simulacro, se reunieron con los instructores y éstos valoraron muy positivamente el primer día del simulacro.

Este Postgrado en Respuesta Médica también prepara a los aspirantes a instructores. Este año forman a un par de sanitarios y en su caso, el curso terminará este sábado. De cara al año que viene, el equipo del Hospital de Inca no descarta impartir el primer curso nacional (solo para sanitarios del país) y mantener, asimismo, el internacional.