La imagen de la Virgen de la Dolorosa, obra de Guillem Galmés, fue anoche la protagonista.    | Pere Bota

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Una de las más bellas y representativas imágenes de la Semana Santa de Palma, la Virgen Dolorosa (1868), obra del escultor mallorquín Guillem Galmés (1845) y propiedad de las familias Ferrer Alcover y Llinás Ferrer, fue ayer noche protagonista en la procesión del Martes Santo en su traslado a la iglesia de la Anunciación, para preceder, acompañándolo, al Cristo de la Sang en la procesión del Jueves Santo. Este día, el desfile tiene como anfitriona a la Real Cofradía de la Virgen Dolorosa, fundada en 1910, y que recibió en 1929 el título de Real Cofradía por el rey Alfonso XIII. La preside Bernat Riera, a su vez presidente de la Asociación de Cofradías de Penitentes de Palma.

Como es costumbre, antes de su salida a las 21.00 horas desde su sede de Sant Nicolau, los cofrades asistieron a misa y al final de la misma fueron bendecidos ventiséis nuevos integrantes. El paso de la Dolorosa lució un bellísimo exorno floral de color blanco siguiendo la tradición. Mucha expectación hubo en torno a la iglesia para ver salir el cortejo que discurrió con el siguiente itinerario: Pl. Frèderic Chopin, Tous i Maroto, Constitució, Born, plaza Rei Joan Carles I, Unió, plaza del Mercat, Riera, La Rambla, Costa de La Sang y esglesia de la Anunciació (La Sang).

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En el mismo participó una notable representación de todas las cofradías de Palma y procesionaron tres pasos más. El de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, que salió en procesión desde la iglesia castrense de Santa Margarita hacia Sant Nicolau, portado por 42 costaleros, para integrarse en la procesión. El paso del Santo Cristo Rescatado, de la cofradía de Sant Felip Neri, que en esta ocasión, en un relevo, fue portado por cofrades de La Dolorosa. Y por último el del Santo Cristo de las Siete Palabras, de la cofradía de Santiago.

Cerró la procesión el paso de La Dolorosa, que presidió el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull junto al consiliario de las cofradías de penitentes de Palma, Antoni Cañellas, y el presidente de la Dolorosa, Bernat Riera. El acompañamiento musical de la fue a cargo de la Banda Esencia.